JACOB/ CARIÑO/ GÉNESIS 29
Y así Jacob trabajó por Raquel durante
siete años, pero estaba tan enamorado de ella que le parecieron unos pocos días
(Génesis 29:20)
Raquel debió de ser una mujer de
extraordinaria belleza a juzgar por lo que indica el texto de Génesis. Jacob
trabajó durante siete años y, evidencia de la relatividad del tiempo, se le
pasó volando, como si hubieran sido únicamente unos pocos días. Siete años es
un periodo largo de tiempo, sólo una motivación y un deseo muy grande puede
hacer que el tiempo sea percibido como pasando volando, rápido, sin pausa. La
motivación de la meta, el porqué lo hacía y para quién lo hacía le renovaba las
fuerzas y, no me cabe la menor duda, le hacía trabajar con gozo, alegría,
satisfacción en lo que hacía. A pesar de que el patriarca no es uno de mis
personajes admirados y favoritos le reconozco el mérito y lo admiro por esa
actitud frente al trabajo, por esa dedicación fruto de su amor por Raquel, su
amada.
¿Qué veo cuando me miro en el espejo
de Jacob en este caso concreto? Me ha hecho pensar en el cariño, el amor, la
pasión y la excelencia en el servicio hecho para el Señor. Cuando haces algo
para alguien a quien amas no hay esfuerzo, no hay cansancio, no hay precios
demasiado elevados que pagar, el amor, el complacer a la persona amada compensa
cualquier sacrificio. Jacob me desafía, me confronta con mi propio servicio al
Padre, qué hago, cómo lo hago, que cariño, calidad y excelencia pongo en ello.
Si Jacob, por amor a una mujer puedo hacer todo eso ¿Merece menos mi Señor?
Como pastor observo mucho servicio
hecho sin que haya el menor rastro de la actitud de Jacob. Servicio hecho a
desgana, sin calidad, sin excelencia, con quejas, con excusas y como si se le
estuviera haciendo un favor a Dios por el cual Él, y naturalmente la
congregación, deberían estar eternamente agradecidos al siervo. Jacob es digno
de imitar en este sentido. Su actitud es motivadora y desafiante, vale la pena
considerarla y valorar y evaluar nuestro servicio al Señor y su Reino a la luz
de esa actitud.
¿Cómo es tu servicio, con amor, pasión
y excelencia o, por el contrario, negligencia, queja y desdén?
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