ADÁN/ ROTO INTERIORMENTE/ GÉNESIS 3
Tuve miedo, (Génesis 3:10)
Miedo, culpabilidad, vergüenza. Adán está experimentando sentimientos, estados de ánimo autodestructivos que nunca experimentó antes de su decisión de revelarse contra el Señor y su autoridad. Adán vive una fractura interior consecuencia de una relación rota con el Señor. El pecado no ha quebrado tan sólo su relación con Dios, ya las cosas no serán nunca las mismas, también lo ha roto interiormente como ser humano y tampoco en este dominio las cosas van a ser las mismas.
Adán es un espejo donde me puedo mirar a mí mismo y mi experiencia como ser humano. Como él también puedo apreciar esa ruptura interna en mí mismo. Lo aprecio en esos sentimientos que me pueden llegar a destruir: miedo, culpa, vergüenza, ansiedad, celos, rabia, rencor, amargura y muchos otros que podría mencionar. Pero también lo aprecio en mi lucha interior, en mi esquizofrenia moral, ética y espiritual, en mi incapacidad de seguir el bien que reconozco, entiendo y valoro y en mi opción por el mal que odio, rechazo y, tan a menudo, me destruye a mí mismo y mi entorno. Es la herencia de Adán, es un genoma espiritual tarado, defectuoso, que hace que viva estas realidades que, tantas veces, me mantienen en un conflicto interno constante.
¿Qué evidencias ves en tu vida de esa ruptura interna?
Comentarios
Publicar un comentario