2 CORINTIOS/ SOBRE EL DAR, EPISODIO 8/ 2 CORINTIOS 9
De cada uno según le dicte su conciencia, pero no a regañadientes o por compromiso, pues Dios ama a quien da con alegría. (2 Corintios 9:7)
El octavo principio que Pablo nos enseña es: DIOS AMA A LA PERSONA QUE DA CON ALEGRÍA. Lo considero interesante. Para el Señor no es únicamente importante lo que hacemos, sino también la motivación detrás de lo que hacemos. Podemos dar, e incluso dar mucho, pero con la actitud y la motivación incorrecta, y me atrevo a decir que la motivación anula el valor de aquello que hacemos.
Consecuentemente, el Señor sopesa que hay en nuestro corazón a la hora de dar y, de manera especial, tal y como lo afirma el apóstol, valora una actitud gozo y alegría. ¿Qué puede generar esa actitud a la hora de desprendernos de dinero u otras cosas? Me da la impresión que, precisamente, los otros principios vistos en anteriores episodios, a saber, el privilegio de dar, el dar como señal de nuestra entrega y seguimiento de Jesús, el ejemplo provisto por Jesús, el principio de la equidad.
¿Das? Si no es el caso ¿Qué te impide hacerlo? Si es el caso ¿Qué motivación te impulsa a llevar a cabo?
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