2 CORINTIOS/ SOBRE EL DAR, EPISODIO 7/ 2 CORINTIOS 9
Tened esto en cuenta: Quien siembra con miseria, miseria cosechará; quien siembra a manos llenas, a manos llenas cosechará. (2 Corintios 9:6)
El apóstol nos enseña un séptimos principio: RECIBIMOS EN LA PROPORCIÓN QUE DAMOS. Esta es una ley establecida por el Señor y, consecuentemente, no podemos sustraernos a sus efectos. Esta ley nos enseña que se cosecha aquello que se siembra, pero también que se hace en el proporción en que se sembró.
Pero vamos a verlo en un sentido amplio. Cuando sembramos poco, de forma miserable, bien sea a nivel económico, físico, emocional, espiritual, social y un etcétera tan largo como deseemos, poco vamos a recoger. Es ridículo pensar que podemos sustraernos a ese principio establecido por Dios. Es una cuestión de tiempo, puede durar más o menos, pero al final cosechamos en nuestra vida aquello que hemos sembrado y en la misma proporción que lo hemos hecho.
Pensemos, por ejemplo, en la vida espiritual. Obsérvala desde fuera. Lo que ves, sea bueno o malo, de calidad o mediocre, es simplemente el resultado de aquello que has invertido en ella. ¿Hay decepción? Aumenta tu inversión, no hay otra manera. No podemos sorprendernos de lo que recogemos en cualquier dimensión de nuestra vida si somos honesto al comprobar lo que estamos o hemos sembrado.
¿Cómo está funcionando en tu vida la ley de la siembra y la cosecha?
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