2 CORINTIOS/ INCOMPATIBILIDAD / 2 CORINTIOS 6:14-18
No os asocies con los incrédulos formando una pareja desigual. ¿Acaso tiene algo que ver la rectitud con la maldad? ¿Tienen algo en común la luz y las tinieblas? ¿Que acuerdo puede haber entre Cristo y Satanás? ¿Qué relación entre el creyente y el incrédulo? ¿Puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios viviente. (2 Corintios 6:14-16)
Tradicionalmente la iglesia cristiana ha asociado este pasaje con los matrimonios entre personas que son seguidoras de Jesús y aquellas que no lo son. Con nuestro simplismo habitual nos hemos quedado ahí y no hemos intentado, en muchos ocasiones, ir al principio que yace detrás. Es importante identificar ese principio porque si lo hacemos podremos ver que la Escritura va mucho más allá de esas situaciones puntuales de los matrimonios. Sin duda, puede ser que los incluya pero va mucho más allá.
La incompatibilidad es el principio del cual nos habla este pasaje de la Biblia. La incompatibilidad, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es la imposibilidad de funcionar o coexistir sin impedimentos. Es decir, hay cosas, situaciones, prioridades, valores, actitudes, conductas, relaciones y un largo etcétera, que son totalmente contrarias al seguimiento de Jesús y que si las mantenemos en nuestras vidas se produce una disfunción que, más tarde o más temprano, acaba pasándonos factura y afectando a nuestra relación con Dios.
Creo, de nuevo, que es importante entender el principio y sus diferentes aplicaciones en diferentes contextos. Podemos quedarnos con la aplicación específica -no a los matrimonios mixtos- y perder de vista el principio -no a las incompatibilidades en el seguimiento de Jesús-. Pensar que porque la aplicación que aquí se menciona no es nuestro caso no existe ningún tipo de incompatibilidad en nosotros, cuando estas pueden ser mayores, más sutiles y más peligrosas.
¿Qué incompatibilidades hay en tu vida?
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