1 CORINTIOS/ SI JESÚS NO HA RESUCITADO.../ 1 CORINTIOS 15:12-34

Y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe carece de valor y aún seguís hundidos en el pecado. (1 Corintios 15:17)

No es una novedad que este mundo en el que vivimos para miles de millones de personas es una auténtica porquería. Viven vidas caracterizadas por la pobreza, el miedo, la opresión, la inseguridad, la injusticia, la marginación, la enfermedad y cualquier otra cosa que queramos añadir a la lista. La crisis económica que comenzó en el año 2008 no ha hecho sino empeorar la situación de muchos en beneficios de unos pocos. Incluso los que vivimos en países desarrollados hemos visto el deterioro de nuestra calidad de vida. ¿Qué esperanza hay para este mundo?

Tampoco es una novedad la complejidad de la experiencia humana. Todos nosotros, sin excepción, tenemos áreas de nuestras vidas censurables y vergonzosas. No importa cuánto esfuerzo le dediquemos a justificarlas, racionalizarlas o frivolizarlas, ahí están, y todos tenemos momentos de lucidez en que somos conscientes de nuestra realidad ¿Qué esperanza hay para nosotros?

¡Ninguna si Cristo no resucitó! Si la resurrección de Jesús no es un hecho que se produjo en el tiempo y en el espacio, es decir, en la historia, entonces no hay la más mínima esperanza ni para nosotros ni para este mundo. Estamos solos en el cosmos, vivimos en un universo regido por un darvinismo social y, por eso, con toda razón Pablo afirma que mejor que comamos y bebamos porque la muerte es lo único que nos espera. 

Pero Cristo si resucitó y, consecuentemente, hay esperanza para mí -el hombre nuevo que Jesús quiere formar en mi vida a su imagen- y también la hay para el universo -el Reino de Dios que Jesús vino a instaurar y al que nos invita a unirnos en su construcción- y, acabado nuestro peregrinaje, la continuación de la vida ya libres de los condicionantes de nuestra naturaleza y el mundo actual.

¿Qué implicaciones ha de tener para tu vida cotidiana el hecho de que Jesús si resucitó?