1 CORINTIOS/ LA CENA DEL SEÑOR INDIGNAMENTE/ 1 CORINTIOS 11:17-33
Por lo mismo, quien come del pan o bebe de la copa del Señor de manera indigna, se hace culpable de haber profanado el cuerpo y la sangre del Señor. Examine, pues, cada uno su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. (1 Corintios 11:27-28)
¿Qué debía haber en la mente del apóstol cuando escribió estas palabras? ¿A qué se refería cuando hablaba de participar del pan y del vino de una forma indigna? ¿Qué significado puede tener eso en nuestros días?
Personalmente entiendo que la Biblia nos enseña que Jesús vino, vivió entre nosotros y murió para que este mundo y esta humanidad sean lo que Dios tuvo en mente y el pecado hizo inviable como consecuencia de nuestra rebelión contra Él y su autoridad. Su llamado al discipulado es, precisamente, un llamado a ser restaurados en la imagen del Maestro y unirnos a Él en la restauración y reconciliación de todas las cosas.
Dadas estas dos premisas mi comprensión de la indignidad de acercarse a participar del pan y del vino consistiría en no estar alineados con la voluntad del Padre y del Hijo expresada en esas dos grandes directrices de acción. Sería participar cuando no estamos comprometidos con el trabajo de Jesús siendo formado en nuestras vidas y la restauración de un mundo roto y necesitado. Sería participar sin discernir ese significado redentor y reconciliador del sacrificio de Jesús y estar fuertemente comprometido con el mismo.
Unos ponen el acento en estar o no bautizados. Otros en pertenecer o no a una determinada denominación. Aún otros en participar de sus mismas doctrinas. Todo eso puede estar bien y es digno, no lo voy a cuestionar, pero no creo que sea a lo que el apóstol se refiere. No hay mayor profanación, mayor indignidad que perder de vista el porqué de la muerte de Jesús y no renovar -cada vez que participamos del pan y el vino- nuestro compromiso con una nueva humanidad y una nueva creación.
¿Qué significa para ti participar de forma indigna?
Creo que, llevado a la práctica, el tomar la cena indignamente sin discernir el Cuerpo de Cristo es insistir en no perdonar y no pedir perdón (a Jesús o a las personas). Eso es hacer inválido el sacrificio que estamos recordando mediante la cena del Señor. Marijo Hooft
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