ROMANOS/ GUÍA Y FRUTOS/ ROMANOS 8:1-11



Ahora bien el afán por satisfacer los apetitos desordenados conduce a la muerte, el hacer lo que es propio del Espíritu lleva a la vida y a la paz. (Romanos 8:6)


En la primera parte del capítulo ocho de Romanos Pablo habla de dos realidades que vive y experimenta el seguidor de Jesús. En primer lugar, está lo que habitualmente llamamos la vieja naturaleza, es decir, esa tendencia hacia el pecado, hacia el mal, que el apóstol ya describió en el capítulo siete. Hemos sido liberados de las consecuencias penales del pecado, este, sin embargo, continúa siendo una realidad viva en nosotros, una fuerza de atracción, una tendencia siempre lista a seducirnos. 

En segundo lugar, está Jesús, quien vive en nosotros por medio de su Espíritu Santo y, consecuentemente, crea en nosotros una fuerza que puede, si lo permitimos, contrarrestar la presencia e influencia del pecado. Todos nosotros vivimos y experimentamos en nuestro día a día semejante tensión. 

Ahora bien el gran dilema para cada uno de nosotros es a cuál de esas dos fuerzas presentes en nosotros le vamos a conceder el derecho y la autoridad sobre nuestra vida. Hemos sido liberados del pecado, cierto, pero usando nuestra libertad podemos permitirle que de nuevo nos controle y, de hecho, eso es lo que muchos de nosotros hacemos en el día a día. 

Pablo afirma que si se la concedes al pecado lo único que recogerás es muerte, no quiere decir que te morirás, todos lo haremos, sino muerte en el sentido amplio, corrupción, degeneración, dolor y sufrimiento. Por el contrario, si dejamos que el Espíritu de Dios sea la influencia dominante producirá vida. De nuevo, no estoy afirmando que vivirás para siempre, sino más bien, que se generará en ti crecimiento, satisfacción, impacto, maduración, en definitiva, ser más y más como Jesús.

En definitiva, cada día cuando uno se levanta a de tomar la decisión de bajo que influencia quiere vivir. Uno es libre de escoger y responsable de cosechar los frutos de su elección, muerte o vida.


Hoy, ¿Bajo que influencia quieres vivir?

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