ROMANOS/ GUÍA PRÁCTICA PARA LA VIDA COTIDIANA 2: CONFORMARSE VERSUS TRANSFORMARSE / ROMANOS 12:2
No os conforméis a los criterios de este mundo; al contrario, dejaos transformar y renovad vuestro interior de tal manera que sepáis apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que es grato, lo perfecto. (Romanos 12:2)
Al leer este versículo algo salta rápidamente a la vista, la tensión entre conformarse y transformarse. Ambas palabras en su etimología, es decir, en su origen griego nos hablan de cambio pero ambas tienen una riqueza en su significado tremendamente diferente.
La conformación es un cambio pero producido por las presiones EXTERIORES. La idea gráfica es cuando uno deposita la masa de un pastel en un molde de cocina, automáticamente esa masa tomar la forma del model en cuestión, eso es conformarse. Lo que el apóstol está indicando es que no permitamos que el mundo nos encaje en su molde, que no permita que sus prioridades, valores, estilos de vidas, perspectivas, etc., sean los que nos vayan modelando y determinando quiénes somos y cómo vivimos. La influencia de esta sociedad es muy sutil y, nos guste o no, estamos día tras día, momento tras momento expuestos a la misma y su influencia, no únicamente de forma directa por medio de los productos mediáticos que todos, sin excepción, consumimos.
La transformación es un cambio que se genera en el INTERIOR y que tiene que ver mucho más con quiénes somos, con nuestra identidad personal interna que, a la postre, es la que determina cómo vivimos. Como el apóstol nos indica ese cambio viene generado por la influencia de Dios en nuestras vidas que, en esencia, se produce de dos maneras diferentes, la exposición a su Palabra y la influencia del Espíritu Santo quien vive en el interior de cada uno de nosotros los que somos sus seguidores.
Creo que no es osado afirmar que si no te estás transformando es una señal evidente de que te estás conformando. Cuando te transformas la imagen de Jesús es más y más evidente en tu vida personal día a día. Piensas más como Él, reaccionas más como Él lo haría, te relacionas más del modo que Él lo hizo y, en general, ves el mundo con sus ojos. Contrariamente, cuando te conformas reflejas más y más los estilos de vida y la forma de proceder de esta sociedad y esto oculta la débil imagen de Jesús que tal vez esté en ti.
Si te miras al espejo ¿Qué ves, conformación o transformación?
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