JESÚS/ EL LAMENTO DE JESÚS/ MATEO 23:37-39
37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y vosotros os negasteis! 38 Pues mirad: vuestra ciudad va a quedar desierta.39 Porque os digo que no volveréis a verme hasta el momento en que digáis: “ Bendito el que viene en nombre del Señor”. (Mateo 23:37-39)
Este pasaje refleja de forma específica el corazón de Jesús hacia Jerusalén y de forma general hacia su pueblo y la humanidad. En su brevedad nos muestra aspectos importantes de cómo piensa y siente el Señor hacia los seres humanos. Nos habla de su amor incondicional hacia nosotros que le llevó a entregar su vida en favor nuestro. Nos habla de su paciencia continuada hacia una humanidad que, a pesar de caminar hacia la autodestrucción, rechaza una y otra vez la invitación de Dios para llevar a cabo una reconciliación. Nos habla, finalmente, de nuestra actitud de dureza hacia el amor y la paciencia de Dios.
Al leer este pasaje, como tantos similares, es fácil ver "al otro", es decir, pensar que va dirigido a otras personas y fácilmente identificar a otros individuos o colectivos en lo que dice el pasaje y evitar u obviar que también nos habla a nosotros de forma personal.
Para mí, de forma personal, este pasaje refleja las continuadas invitaciones que Jesús me da para cambiar aspectos de mi vida. Me habla de su amor y su paciencia constantes esperando siempre lo mejor de mí. Me habla también de las negativas que de forma consciente e intencional le he dado a Dios negándome a oír, negándome a reconsiderar, negándome, en definitiva, a cambiar aquello que su amor y su paciencia me piden.
El lamento de Jesús fue por Jerusalén, pero lo es por tantos y tantos de sus seguidores que en un momento de su proceso han dejado de oír su voz, lo es por mí que en momentos de mi vida he decidido negarme a escuchar y cambiar.
¿Cuál sería el lamento de Jesús por ti?
Dios en su infinita misericordia nos ama tanto,q se desprende de su hijo Jesús dándolo en sacrificio para mí y la humanidad,el aquí nos habla de su gran amor hacia nosotros,y por más q quiera convencernos nosotros seguimos en una rebeldía q traerá únicamente destrucción y nos advierte también q si no nos arrepentimos y venidos a él será desolador aquel día del cual nos habla en mat.23:37-39.Te invito a ti q lees en este momento este párrafo a qué medites y te pongas en oración pidiéndole a DIOS q perdone tus pecados y te vuelvas a él q él te perdonará porque te ama igual q Ami e igual a la sociedad
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