JESÚS/ PREGUNTAS SIN RESPUESTAS/ MATEO 22:41-46

A esto nadie supo que contestar. A partir de aquel día, ninguno se atrevió ya a plantearle más preguntas. (Mateo 22:46)

A los oponentes religiosos de Jesús les encantaba plantearle preguntas, aunque, todo sea dicho, no con la motivación correcta, no con un genuino deseo de conocer, aprender o clarificar esto o aquello. Su motivación era tratar de coger a Jesús en una trampa. En esta ocasión, es el propio Maestro el que se dirige a ellos con una pregunta para la cual ellos, como en otras veces, tampoco tienen la respuesta para darle. Preguntas sin respuesta.

Esto me ha llevado a pensar en el tema que atormenta a algunos de mis amigos creyentes, preguntas, todas ellas honestas, para las cuales no hay respuesta ni de parte de Dios ni de parte de las Escrituras que son la Palabra de Dios para nosotros hoy. 

Lo cierto es que hay muchas situaciones, experiencias y realidades a nuestro alrededor para las cuales carecemos de una respuesta y, aunque una y otra vez le preguntemos a nuestro Dios, seguimos careciendo de la misma y me atrevería a decir que seguiremos sin obtenerla hasta el día en que, finalmente, estemos en su presencia y todas las cosas tengan su sentido y coherencia. 

También creo que es importante recordar que tenemos un sistema operativa defectuoso. Me explicaré. El pecado, nuestro deseo de vivir al margen de Dios nos ha afectado de forma integral y eso incluye nuestra intelecto, nuestra manera de procesar y entender la realidad. Nuestro sistema está estropeado de base y tiene serias limitaciones para poder entender nuestra realidad y la de un mundo caído y afectado por el pecado. Nuestro sistema operativo sólo puede procesar un nivel de realidad y determinados grados de complejidad, simplemente, se le escapan. Creo que a esto se refiere Dios cuando afirma que nuestros caminos no son sus caminos ni sus pensamientos los nuestros.

No importa cuanto me esfuerce no lo voy a conseguir. Sería bueno para nosotros entender este fallo de base en nuestro sistema operativo y aceptar que vamos a tener que vivir con preguntas que nunca serán respondidas, realidades que nunca serán comprendidas, certezas que nunca serán obtenidas. Ahora bien, vivir de este modo y aceptar y dar la bienvenida a la ambigüedad es algo que no todos pueden o quieren.

¿Cómo manejas en tu vida la ambigüedad, la incerteza, la falta de respuestas? ¿Qué puede ayudarte?