JESÚS/ CONVIDADOS NO DIGNOS/ MATEO 22:1-14

Después dijo a los criados: “La boda está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de venir. 9 Por tanto, id a las encrucijadas de los caminos e invitad a la boda a todos los que encontréis”. 10 Salieron los criados a los caminos y reunieron a cuantos encontraron, lo mismo malos que buenos. De esa manera, la sala de bodas se llenó de comensales. (Mateo 22:1-14)

Esta parábola sigue la misma línea que la anterior, aquellos que habían sido invitados son considerados indignos debido a su actitud de rechazo a la invitación del rey y, por tanto, los que nunca ni siquiera soñaron en participar del banquete son los que ocupan el lugar de los indignos. Aquí se produce una paradoja, los dignos se ha vuelto indignos y viceversa, los indignos han alcanzado el lugar de dignidad, no debido a lo que son sino más a pesar de lo que son.

Esta parábola se centra en la gracia que es lo que ha permitido que todos y cada uno de nosotros, indignos por definición, hayamos tenido el privilegio de ser convertidos en hijos de Dios y, además, tal y como afirma Pablo, el apóstol, en herederos juntamente con Jesús. Hemos sido elevados a una categoría que nunca hubiéramos esperado ni soñado, ahora bien, toca comportarse a la altura de semejante privilegio.

Nobleza obliga, dice el refrán español. Lo recibido exige de nosotros un comportamiento acorde con el trato merecido. La comprensión de la gracia, su significado y sus implicaciones nos lleva a vivir de una manera diferente, a comportarnos de manera digna del lugar de honor en el que se nos ha colocado.

¿De qué modo tu vida refleja la comprensión de la gracia recibida?