JESÚS/ ELECCIÓN Y MISIÓN DE LOS DOCE 2/ MATEO 10: 1-15

Id y anunciad que el Reino de los cielos está ya cerca. Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad de su enfermedad a los leprosos, expulsad a los demonios. (Mateo 10:7)

El Reino es el mensaje central de Jesús desde el comienzo de su ministerio público, por tanto, tiene todo el sentido del mundo que también sea el mensaje que encomienda a sus discípulos, recién escogidos, en este pasaje. El bien conocido pasaje de la Gran Comisión que aparece en el capítulo 28 de este mismo pasaje nos muestra a Jesús encomendando que vayan y hagan discípulos a todas las etnias y les indica que les enseñen a guardar todo aquello que Él les ha enseñado. Consecuentemente, no podemos obviar el mensaje del Reino y su centralidad a la hora de llevar a cabo la tarea de hacer y formar discípulos.

En la oración conocida como el Padrenuestro Jesús nos enseña a pedir que el Reino venga. También nos ayuda entender lo que significa al afirmar que la voluntad del Señor sea hecha en la tierra del mismo modo que se hace en el cielo. Esto me enseña que nada que no es permisible ni de uso en el Reino lo es o lo debería ser en la tierra y que cuando se da, es consecuencia del pecado y no del plan de Dios.

En el Reino no encontramos ni enfermedad, ni muerte, ni dolor, ni sufrimiento, ni pobreza, ni injusticia, ni violencia, ni abuso, ni explotación, ni corrupción, ni maltrato infantil, ni violencia doméstica, ni acumulación escandalosa de riqueza ni tantas y tantas cosas que simplemente mirando a nuestro alrededor podemos ver. Cuando el Reino esté completamente instaurado todo eso, por deducción, desaparecerá.

El mensaje del Reino, tal y como vemos en este pasaje, tiene dos vertientes que ya he mencionado en otras ocasiones, la proclamación -dar a conocer la buena noticia- y la demostración -obras de justicia y misericordia que ponen de manifiesto que el Reino está entre nosotros-. Jesús, como Él hizo en tantas ocasiones, les envió a proclamar -anunciar que el Reino estaba cerca- y demostrar -curar, sanar y liberar-.

¿Qué evidencias ves en tu vida de la proclamación y la demostración?