JESÚS/ ELECCIÓN Y MISIÓN DE LOS DOCE 3/ MATEO 10:1-15
de gracia recibisteis, dad de gracia.. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. (Mateo 10: 8 y 9)
En este pasaje se equilibran dos puntos muy importantes de la misión. El primero, a mi entender, va dirigido a aquellos que estamos dedicados a tiempo completo a la misión en el ámbito de la iglesia. Se nos indica que esto no es un negocio ni un medio para prosperar económicamente. Jesús establece claramente que los dones y los talentos que hemos recibido nos han sido dados por la gracia de Dios, a pesar de y, en ningún caso, debido a. Por tanto, no podemos negociar ni lucrarnos con ellos, no podemos usarlos como moneda de cambio, ni deberíamos privar a nadie de ser bendecidos con esos dones debido a una cuestión económica. Pienso que Jesús nos da, a los obreros, un buen principio a la luz del cual evaluar nuestra conducta y forma de ministrar.
El segundo, también a mi entender, va dirigido a aquellos que son ministrados, que reciben el beneficio y la bendición de nuestro ministerio. Se les dice que el obrero -palabras del mismo Jesús- es digno de su salario y, por tanto, debe de ser tratado -aunque no sea músico ni cantante- con el respeto, sensibilidad e importancia que merece aquel que está sirviendo al Señor poniendo sus dones y sus capacidades al servicio de la construcción del Reino, con atención a sus necesidades pues, al fin y al cabo, lo han dejado todo para el servicio de Jesús y la construcción de su Reino.
En mi vasta experiencia he visto abusos en ambos lados. He visto a aquellos que comercian con sus dones y han hecho de los mismos un negocio y, en ocasiones, lucrativo, todo sea dicho de paso, y que no se mueven a menos que haya una buena cantidad de dinero en la mesa. También he visto la miseria de aquellos que reciben el beneficio del ministerio y que tratan de manera rastrera y sin dignidad a los obreros, careciendo de sensibilidad para su situación y sus necesidades.
Unos y otros nos podemos ver favorecidos de considerar las palabras de Jesús y valorar si estamos siendo fieles a las mismas. ¿Cuál es tu situación personal al respecto, cómo obras cuando está en tu mano, cómo aplicas estos principios?
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