JESÚS/ PREPARAR EL CAMINO/ MATEO 3:1-12
A este Juan se había referido el profeta Isaías cuando dijo: Se oye una voz; alguien clama en el desierto: ¡Preparad el camino del Señor; abrid sendas rectas para Él! (Mateo 3:3)
Este pasaje habla de Juan el bautista, el primo de Jesús. Es conocido como el precursor, término que significa, alguien enviado por adelantado para preparar el camino de una persona importante. El profeta Isaías lo había señalado como aquel que prepararía la venida y el ministerio del Mesías.
Al leer el texto ha venido a mi mente la idea central de allanar, aplanar, facilitar el camino para Jesús hoy y aquí. Lo he pensado en dos dimensiones diferente pero complementarias. La primera sería preparar el camino para Jesús en mi propia vida. Me ha llevado a pensar en la necesidad de identificar, es decir, ponerle nombres y apellidos, etiquetar todo aquello que puede ser un obstáculo, un impedimento para el trabajo de Jesús en mi propio corazón. Ver qué acciones, omisiones, actitudes, valores, prioridades, etc., representan un obstáculo para el trabajo del Maestro en mi vida.
La segunda tiene que ver con mi responsabilidad, en imitación de Juan el Bautista de allanar y quitar los obstáculos para que Jesús pueda ser visible y pueda trabajar en las vidas de las personas que hay a mi alrededor. La sociedad ya presenta por sí sola suficientes inconvenientes y barreras para que las personas se acerquen al Maestro, por tanto, no quiero que nada en mi añada más dificultades, antes al contrario, quiero ser un agente que favorezca el acceso de las personas a Jesús.
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