PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ NADA DE LO QUE PRESUMIR/ 1: 18-31

Así que, como dice la Escritura, si de algo hay que presumir, que sea de lo que ha hecho el Señor. (1 Corintios 1:31)

En este pasaje Pablo habla de la sabiduría de Dios manifestada en Jesús, el Mesías. Según el apóstol a los ojos de la sociedad la sabiduría del Señor es necedad y locura pero, ¡Así es nuestro Dios!

El autor de esta carta continua diciendo que en su aparente locura y necedad el Señor ha decidido escoger y llamar a aquellos que carecen de valor y dignidad a los ojos del mundo. A lo vil y menospreciado escogió el Señor.

Es cierto y soy una buena prueba de ello pues cuando tuve la oportunidad de encontrarme con Jesús no había absolutamente nada de valor en mí que me hiciera digno de tener una relación personal con El, fue total y absolutamente un acto de pura gracia.

Sigo en el mismo estado que cuando Jesús me salvó. Años de seguimiento del Maestro y sigo siendo inconsistente, el pecado sigue atrayéndome y hay todavía mucho trabajo que Él debe de llevar a cabo en mi vida. ¿He logrado cosas en mi vida? Sin duda, incluso puede que a los ojos de otros sea una persona de éxito, sin embargo, en mi interior, cuando me encaro con Jesús, a quien sigo, soy plenamente consciente que sigue siendo única y exclusivamente por su gracia y que no hay nada de lo que pueda presumir pues todo me ha sido gracias al trabajo del Señor. Como el propio Pablo dice en otro lugar, es por la gracia de Dios que soy lo que soy. Ni más, ni menos.