DEUTERONOMIO PARTE III/ EL CÓDIGO DEUTERONÓMICO/ CAPÍTULO 15
En honor del Señor (Deuteronomio 15:2)
El código deuteronómico pide muchas cosas. De manera específica, en este capítulo, habla acerca del perdón de las deudas económicas y también de la liberación de los esclavos. Son cosas difíciles de hacer. La Ley indicaba que en el séptimo año debías perdonar y liberar. Si el esclavo lo habías comprado hacía tiempo, digamos que podías "haberle sacado el rendimiento necesario", pero si lo comprabas unos meses antes, no había tiempo para amortizar tu inversión y del mismo modo debías de ponerlo en libertad.
Esto me hace pensar en tantas cosas en la vida que no me apetece hacer, me resultan duras, van contra mi naturaleza egoísta y un largo etcétera de razones o justificaciones. Cosas que preferiría dejarlas correr, obviarlas, evitarlas y que de bien seguro podría encontrar una buena batería de argumentos para no llevarlas a cabo.
Sin embargo, Deuteronomio, introduce un importantísimo argumento, en honor del Señor. Hay cosas que se hacen por honrar al Señor y ese deseo, esa motivación, hace que se puedan superar todos los obstáculos, las reservas, los desafíos, incluso la pereza y el egoísmo.
Si al leer estas palabras estás pensando en legalismo, entonces no has entendido nada, o más bien no me he explicado con la suficiente claridad. No me refiero a la obligación, "al tener que hacerlo", sino más bien a la plena conciencia de que servimos a un Dios, seguimos a un Maestro que bien merece y es digno de que hagamos aquello que nos pide que, además, nos beneficia a nosotros mismos el hacerlo aunque, tan cortos de vista como somos, no lo veamos en tantas ocasiones.
¿Qué deberías llevar a cabo y cómo el honrar al Señor puede darte la motivación para ello?
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