VERDADERO AMOR

JUAN 14:15-31

Jesús continua el proceso de formación de sus discípulos la noche de su última cena con ellos. En esta ocasión les habla acerca de amarle a Él. Con sus palabras, de forma clara y contundente, les explica cómo entiende el amor y cómo ellos pueden manifestárselo. Jesús les dice, Si me amáis de verdad, obedeceréis mis mandamientos. En el contexto de la misma conversación les señala, El que acepta mis mandamientos y los pone en práctica, es el que me ama de verdad. Finalmente, con respecto a este tema concluye, El que me ama de verdad se mantendrá fiel a mi mensaje... por el contrario, el que no hace caso de mi mensaje, es que no me ama.

Esta claro que hay diferentes lenguajes del amor y que uno debería de aprender a manifestarlo en las categorías que el otro espera y desea. Esto es especialmente cierto cuando el otro ha verbalizado con claridad sus expectativas al respecto.

Jesús ha sido muy claro conmigo. Si lo amo de forma auténtica, genuina, verdadera, lo demostraré por medio de mi obediencia y puesta en práctica de sus mandamientos. Del mismo modo me ha dicho que el interpreta como falta de amor por mi parte, no prestar atención y no poner en práctica sus mandatos. Realmente me hace pensar en aquel famoso refrán castellano que indica que, obras son amores y no buenas razones.

Me doy cuenta que mentalmente me resulta difícil conjugar en mi mente ambas realidades, es decir, que aunque de forma consciente no esté obedeciendo los mandatos de Dios, todavía me cuesta creer y aceptar que no esté amando a Jesús. Sin embargo, sus palabras son claras y necesito pensar al respecto y romper esta dicotomía.

Un principio

No hay amor a Dios sin obediencia a sus mandamientos.

Comentarios

  1. Los mandamientos de Dios son para nuestro bien porqué nos ama. Y si nosotros nos esforzamos en obedecerlos tambien le demostramos nuestro amor, y además, tenemos paz con Dios y con nosotros mismos.

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