NO OS DEJARÉ ABANDONADOS
JUAN 14:15-31
No os dejaré abandonados.
Otro de los grandes temas de los que habla Jesús con sus discípulos es acerca del Espíritu Santo. Promete enviarnos un abogado que esté siempre con nosotros. La palabra griega, traducida abogado en mi versión y consolador en otras, es paraclitos. Se trata de un término con multitud de matices. Significa, abogado, ayudador, consolador, intercesor. Sin embargo, ninguno de ellos puede dar una idea completa del contenido de la palabra griega.
La idea es que el Espíritu Santo llevará a cabo en mi vida y de forma personal, las mismas funciones que Jesús hacia con sus discípulos cuando vivía entre ellos en esta tierra. Él les enseñaba, aclaraba los conceptos que no entendían, intercedía por ellos ante el Padre, les guiaba, los consolaba, les confortaba, les retaba, les redarguía y, en fin, todo aquello que puedo observar de primera mano en los evangelios.
Para mí es importante entender que no afronto la vida cotidiana en soledad. Que el mismo Jesús vive en mí por medio de su Espíritu Santo. Que camina a mi lado y en medio de los momentos más duros y difíciles que pueda vivir y experimentar está conmigo para confortarme, animarme, ayudarme, consolarme y darme paz.
Estaba pensando que necesito desarrollar más el hábito de hablar con el Espíritu Santo, de agradecerle cada día su presencia en mi vida, de comentar con Él las situaciones que vivo y experimento, de verbalizarle mis dudas e inquietudes. A la vez, creo que necesito ser más sensible a oír su voz y dejarme guiar por Él.
La idea es que el Espíritu Santo llevará a cabo en mi vida y de forma personal, las mismas funciones que Jesús hacia con sus discípulos cuando vivía entre ellos en esta tierra. Él les enseñaba, aclaraba los conceptos que no entendían, intercedía por ellos ante el Padre, les guiaba, los consolaba, les confortaba, les retaba, les redarguía y, en fin, todo aquello que puedo observar de primera mano en los evangelios.
Para mí es importante entender que no afronto la vida cotidiana en soledad. Que el mismo Jesús vive en mí por medio de su Espíritu Santo. Que camina a mi lado y en medio de los momentos más duros y difíciles que pueda vivir y experimentar está conmigo para confortarme, animarme, ayudarme, consolarme y darme paz.
Estaba pensando que necesito desarrollar más el hábito de hablar con el Espíritu Santo, de agradecerle cada día su presencia en mi vida, de comentar con Él las situaciones que vivo y experimento, de verbalizarle mis dudas e inquietudes. A la vez, creo que necesito ser más sensible a oír su voz y dejarme guiar por Él.
Un principio
Aprender a ser consciente de la presencia viva del Espíritu Santo en mi vida.
Aprender a ser consciente de la presencia viva del Espíritu Santo en mi vida.
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