MÁS LUZ
JUAN 12:27-36
Mientras tenéis esta luz, caminad para que no os sorprendan las tinieblas. Porque el que camina en la oscuridad no sabe a dónde se dirige. Mientras tenéis la luz, creed en ella, solamente así la luz orientará vuestra vida.
Jesús se identifica a sí mismo como la luz a lo largo de todo el evangelio de Juan. Es evidente el valor benéfico de la luz, permite el proceso de la vida, orienta, nos permite ubicarnos con corrección y seguridad y también orientarnos en la dirección precisa. La luz da una sensación de seguridad y pone de manifiesto lo que hay y, por extensión, lo que no hay. La luz elimina el miedo, la incerteza y nos evita muchos problemas y nos puede librar de muchos peligros. Es fácil pensar en situaciones en las que me he visto desprovisto de la luz y los sentimientos asociados con estas situaciones.
Si Jesús es la luz, vivir sin Él es vivir en la oscuridad y según sus propias palabras quien vive en la oscuridad no sabe a dónde se dirige y no tiene orientación para la vida. Hay que entender las palabras de Jesús. Conozco muchas personas que viven al margen de Dios y, sin embargo, tienen una increíble claridad acerca de sus objetivos en la vida, la dirección en la que van y lo que quieren conseguir. Pisan fuerte y están seguras de sí mismas y su rumbo en la vida. ¿A qué se refiere pues Jesús?
Me hace pensar en el sentido y el propósito último de la vida. Seguridad, convicción, rapidez y firmeza en la dirección en la que uno se mueve no equivalen a ir en el camino correcto. De hecho, la Biblia habla de caminos que a nosotros nos parecen correctos y su final es un final de muerte. Puedo caminar con convicción, seguridad, firmeza y velocidad en la dirección equivocada. Creo que las palabras del Maestro tienen que ver con el fin y el propósito último al que se encaminan nuestras vidas y el impacto que produzcan en el mundo.
Si Jesús es la luz, vivir sin Él es vivir en la oscuridad y según sus propias palabras quien vive en la oscuridad no sabe a dónde se dirige y no tiene orientación para la vida. Hay que entender las palabras de Jesús. Conozco muchas personas que viven al margen de Dios y, sin embargo, tienen una increíble claridad acerca de sus objetivos en la vida, la dirección en la que van y lo que quieren conseguir. Pisan fuerte y están seguras de sí mismas y su rumbo en la vida. ¿A qué se refiere pues Jesús?
Me hace pensar en el sentido y el propósito último de la vida. Seguridad, convicción, rapidez y firmeza en la dirección en la que uno se mueve no equivalen a ir en el camino correcto. De hecho, la Biblia habla de caminos que a nosotros nos parecen correctos y su final es un final de muerte. Puedo caminar con convicción, seguridad, firmeza y velocidad en la dirección equivocada. Creo que las palabras del Maestro tienen que ver con el fin y el propósito último al que se encaminan nuestras vidas y el impacto que produzcan en el mundo.
Un principio
Permitir que Jesús ilumine el camino en el que andamos.
Permitir que Jesús ilumine el camino en el que andamos.
Hay personas muy seguras de si mismas, pero cuando intentas hablarles del propósito de Dios para nuestras vidas y el sacrificio de Cristo para perdon de nuestros pecados, ya parece que entren en un tunel oscuro en el cual no ven o no quieren ver la luz de Cristo. Son tan autosuficientes, creen que eres una ingenua por tus creencias, y debo dejar el tema para otra ocasión que a veces se presenta mediante alguna tribulación de la persona. Tengamos paciencia y oremos por estas personas.
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