JESÚS LAVA LOS PIES DE SUS DISCÍPULOS 2
El que se ha bañado y está completamente limpio, sólo necesita lavarse los pies.
Jesús, como sus discípulos, habían participado de un baño ritual antes de acercarse a la mesa para participar de la cena de la noche de la Pascua. Tanto los caminos como las calles de la antigua Palestina era muy polvorosos y era normal que los invitados a una cena, aunque se hubieran bañado previamente, llegaran con su calzado y sus pies sucios debido al polvo y, en ocasiones, barro del camino. El anfitrión ofrecía a sus invitados la posibilidad de lavarse los pies para quitarse la suciedad y poder participar cómodamente de la comida. Este acto era llevado a cabo por el más bajo de los sirvientes, el de menor categoría, ya que se consideraba de carácter servil.
Me hacía pensar que Jesús, por medio de su sangre, nos ha limpiado de todo pecado de una vez y para siempre. Sin embargo, el camino, la vida cotidiana, mancha nuestros pies. No somos perfectos, aunque estemos en el proceso de parecernos a Jesús. El pecado sigue siendo una realidad cotidiana, en ocasiones, de forma imperceptible. En ocasiones, de forma premeditada.
Por eso, cuando me acerco a Jesús, necesito que lave mis pies de forma simbólica por medio de la confesión. El hábito de hacer examen de conciencia, identificar, reconocer y confesar mis pecados me permite mantener los pies limpios del polvo del camino y participar de la amistad con Jesús.
Me hacía pensar que Jesús, por medio de su sangre, nos ha limpiado de todo pecado de una vez y para siempre. Sin embargo, el camino, la vida cotidiana, mancha nuestros pies. No somos perfectos, aunque estemos en el proceso de parecernos a Jesús. El pecado sigue siendo una realidad cotidiana, en ocasiones, de forma imperceptible. En ocasiones, de forma premeditada.
Por eso, cuando me acerco a Jesús, necesito que lave mis pies de forma simbólica por medio de la confesión. El hábito de hacer examen de conciencia, identificar, reconocer y confesar mis pecados me permite mantener los pies limpios del polvo del camino y participar de la amistad con Jesús.
Un principio
La confesión me permite mantener mis pies limpio del polvo del camino.
La confesión me permite mantener mis pies limpio del polvo del camino.
Es esencial reconocer nuestros errores, ser conscientes de nuestra imperfección. Acercarnos a Jesús con pesar de haberle ofendido e intentar renovarnos con la ayuda de su Espíritu.
ResponderEliminarEs un descanso para nuestra conciéncia acostarnos tranquilos, en paz con el Señor y con nuestroa familiares y amigos. Seamos agradecidos por la limpieza que realizó Jesús en nosotros con su sacrificio, como dice Félix. Ser hijos de Dios y podernos acercar a él para perdón, para darle gracias, para hablar con él que de hecho lo tenemos cercano, es lo mas importante en nuestra vida.