¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO?
Mateo 27:32-66
El pasaje narra la crucifixión y sepultura de Jesús. Me ha llamado la atención el versículo 45 en que Él exclama, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Debió ser increíblemente duro para Jesús sentirse abandonado, rechazado, olvidado de parte de Dios. Pero es una realidad muy importante, Jesús, a quien sigo, experimentó en el momento más complicado, duro y difícil de su vida el abandono de Dios.
Es importante, porque a mí, salvando las distancias, claro, también me ha pasado lo mismo. Han habido ocasiones en mi vida en que he sentido el abandono de parte de Dios. Aunque Él no me haya dejado es de ese modo que yo lo he experimentado. Ha sucedido cuando me he visto abrumado por circunstancias, cuando la realidad me sobrepasaba, cuando el silencio de Dios se hacía incomprensible, cuando parecía que no había salida, esperanza o futuro. En todas esas ocasiones he vivido como si Dios me hubiera abandonado.
Por tanto, cuando experimento esas realidades y me siento de ese modo y hablo con Jesús, sé que Él me puede entender, se que puede empatizar con mi realidad y experiencia porque también lo ha vivido y experimentado en su propia carne como ser humano. Eso hace que mi oración pueda ser más honesta, más real y que tenga sentido, porque quien me escucha me puede entender porque ha estado allí.
Es importante, porque a mí, salvando las distancias, claro, también me ha pasado lo mismo. Han habido ocasiones en mi vida en que he sentido el abandono de parte de Dios. Aunque Él no me haya dejado es de ese modo que yo lo he experimentado. Ha sucedido cuando me he visto abrumado por circunstancias, cuando la realidad me sobrepasaba, cuando el silencio de Dios se hacía incomprensible, cuando parecía que no había salida, esperanza o futuro. En todas esas ocasiones he vivido como si Dios me hubiera abandonado.
Por tanto, cuando experimento esas realidades y me siento de ese modo y hablo con Jesús, sé que Él me puede entender, se que puede empatizar con mi realidad y experiencia porque también lo ha vivido y experimentado en su propia carne como ser humano. Eso hace que mi oración pueda ser más honesta, más real y que tenga sentido, porque quien me escucha me puede entender porque ha estado allí.
Un principio
Jesús puede entender mis estados emocionales, mi sensación de abandono, Él también lo experimentó, Él sabe.
Jesús puede entender mis estados emocionales, mi sensación de abandono, Él también lo experimentó, Él sabe.
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