LA FE DE OTROS

Mateo 9:1-12 describe la curación de un paralítico llevado ante Jesús por sus amigos. El Maestro perdona sus pecados y le devuelve la capacidad de andar. Lo que es interesante es que en ningún momento en el pasaje se menciona que este hombre tuviera fe, yo siempre lo he dado por sentado. Sin embargo, si que se menciona la fe de aquellos que lo llevaron y el evangelista dice que, precisamente fue esa fe la que permitió que el paralítico fuera sanado. Esto si que es mencionado y lo es de forma clara y específica.

Veo aquí un principio claro, Dios puede actuar en la vida de unas personas gracias a la fe de otras personas que creen que Jesús puede hacer algo en esas vidas. Pienso en mis hijos, en amigos, en familiares que pueden ser bendecidos porque Dios honre mi fe como honró la de los amigos del hombre inválido.

UN PRINCIPIO

Voy a orar con renovada energía por mi hijos y amigos.

Comentarios

  1. Siempre me ha parecido una historia fascinante. Imagino a los amigos poniéndose de acuerdo, discutiendo acaloradamente: ¿vale la pena probarlo?; cuando finalmente se deciden, ¡hay demasiada gente! ¿cómo podemos alcanzar a Jesús?; uno sugiere, ¡por la terraza!; los demás lo miran incrédulos y sólo con paciencia y argumentación se abre paso la realidad de esa propuesta. Deciden hacerlo. Avanzan entre la multitud. ¡Intentan sujetar al enfermo sin que se les caiga! Llegan hasta arriba. ¿Ataron al enfermo con su propia sábana? ¡Qué capacidad para buscar soluciones en cada dificultad sobrevenida! ¡Qué diálogo contínuo para lograr el propósito! ¡Qué extraordinario trabajo en equipo! La fe. Puede poner de acuerdo a los más en desacuerdo. Aunque sea un trabajo costoso. ¡Una historia genial!

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