NO ES ESTE UN TIEMPO DE DESCANSO
Hoy comienzo a leer al profeta Miqueas. Al llegar al capítulo 2 me he encontrado con estas palabras:
¡Levantaos, poneos en marcha, que no es este un tiempo de descanso!
Es verdad. Vivimos en un mundo lleno de injusticias de todo tipo y también de necesidades de todo tipo. Este no es el mundo que Dios pensó, es el que el pecado ha creado, es al que nosotros le hemos dado forma.
No es tiempo de descanso, es tiempo para los hijos de Dios actuar como agentes de restauración en un mundo roto. Es tiempo de remangarnos y ensuciarnos en la dura tarea de colaborar con Dios para que el mundo sea lo que Él pretendió y el pecado impidió.
Perdemos el norte cuando hacemos un cristianismo centrado en nosotros mismos, nuestras necesidades, nuestra satisfacción. El cristianismo es entrega al otro necesitado, al fin y al cabo eso es lo que hizo Jesús, entregándose por nosotros.
No es tiempo de descanso, es tiempo para los hijos de Dios actuar como agentes de restauración en un mundo roto. Es tiempo de remangarnos y ensuciarnos en la dura tarea de colaborar con Dios para que el mundo sea lo que Él pretendió y el pecado impidió.
Perdemos el norte cuando hacemos un cristianismo centrado en nosotros mismos, nuestras necesidades, nuestra satisfacción. El cristianismo es entrega al otro necesitado, al fin y al cabo eso es lo que hizo Jesús, entregándose por nosotros.
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