ARREPENTIMIENTO

Hoy comienzo la lectura del libro de Joel. A estas alturas ya me he dado cuenta que el mensaje principal de los profetas es la denuncia de la idolatría, entendida esta en su sentido más amplio y profundo, como todo aquello que ocupa el lugar central en nuestras vidas que únicamente le corresponde a Dios.
También he aprendido que la idolatría puede coexistir perfectamente con la espiritualidad. Podemos tener el exterior teñido de religiosidad pero un corazón idólatra hacia el Señor.
El otro aspecto central del mensaje profético es la necesidad de arrepentirse de la idolatría y volverse de nuevo a Dios. Precisamente, y relacionado con ello, hoy he leído en el capítulo 2 del libro de Joel:
También he aprendido que la idolatría puede coexistir perfectamente con la espiritualidad. Podemos tener el exterior teñido de religiosidad pero un corazón idólatra hacia el Señor.
El otro aspecto central del mensaje profético es la necesidad de arrepentirse de la idolatría y volverse de nuevo a Dios. Precisamente, y relacionado con ello, hoy he leído en el capítulo 2 del libro de Joel:
Ahora, pués, -oráculo del Señor-
volvéos hacia mí
de todo corazón,
con ayuno, lágrimas y lamento.
Rasgad vuestro corazón
en lugar de vuestros vestidos;
volvéos al Señor, vuestro Dios,
que es misericordioso
y compasivo,
lento para airarse y lleno de amor,
siempre dispuesto
a no hacer mal.
(Joel 2:12 y 13)
volvéos hacia mí
de todo corazón,
con ayuno, lágrimas y lamento.
Rasgad vuestro corazón
en lugar de vuestros vestidos;
volvéos al Señor, vuestro Dios,
que es misericordioso
y compasivo,
lento para airarse y lleno de amor,
siempre dispuesto
a no hacer mal.
(Joel 2:12 y 13)
Si la idolatría es algo profundo que puede convivir con la religiosidad, del mismo modo el arrepentimiento puede ser superficial -rasgar las vestiduras, símbolo de arrepentimiento para el pueblo de Israel- sin afectar el corazón -que puede mantener su idolatría intacta-
Por eso, el llamamiento del Señor es a un arrepentimiento interno, de corazón, sincero.
Por eso, el llamamiento del Señor es a un arrepentimiento interno, de corazón, sincero.
Comentarios
Publicar un comentario