RECORDATORIO


Sigo con la lectura de libro de Josué. En el capítulo 4 el Señor le ordena que después del paso del Jordán haga un rústico monumento conmemorativo con doce piedras. Las piedras representaban cada una de las tribus de Israel y debían ser colocadas en medio de cauce del Jordán que estaba milagrosamente seco para que el pueblo pudiera acceder a la orilla occidental y proceder a la conquista de la tierra prometida.

El versículo 6 indica que el propósito de dicho monumento era, para que sirva de recuerdo conmemorativo entre vosotros. En este caso era para conmemorar la milagrosa intervención del Señor en la vida de su pueblo.

Esta lectura me ha hecho pensar en la importancia y necesidad de tener mis propios "monumentos conmemorativos" de la intervención de Dios en mi vida y la de mi familia.

Hay ocasiones que esta intervención, en el momento en que se produce, es totalmente vívida y evidente. Sin embargo, conforme el tiempo pasa hay una tendencia muy humana a que eso se difumine y, aquello que en un momento era tan evidente que había sido producido por Dios, lo veamos como algo normal, natural o incluso fruto del azar, la casualidad. En esos momentos tan humanos es cuando el recordatorio nos puede ayudar a pensar de nuevo en aquel momento en que Dios, en su gracia, bondad y misericordia, decidió intervenir en nuestra vida y la de nuestra familia.

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