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UN NUEVO MANDAMIENTO

JUAN 13:18-38 Os doy un mandamiento nuevo: Amaos unos a otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. Vuestro amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos. El mandamiento de amar en sí, no es nuevo. Aparece ya en el libro de Levítico. Para mí, lo que tiene de novedoso es lo siguiente: Primero, es aplicado a la comunidad de los creyentes. Se espera que esta hermandad se ame de una manera mutua y lo haga con un amor ágape, es decir, no hay una expectativa de ñoños y cálidos sentimientos hacia el hermano. Antes bien, una búsqueda del bien del otro incluso de forma costosa, sacrificial y, por supuesto, incondicional y tomando la iniciativa. Segundo, el modelo es Jesús. Esto enlaza con lo que enseñó cuando lavaba los pies, ejemplo os he dado. El nivel de exigencia es alto. Jesús mismo se ofrece como referente del modo en que debo amar a los miembros de esta hermandad. Una observación de su vida y muerte me señala lo exigente...

JESÚS LAVA LOS PIES DE SUS DISCÍPULOS 3

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Os he dado ejemplo: debéis portaros como yo lo he hecho con vosotros. El método es lavar los pies, el principio es el servicio humilde a nuestros hermanos haciendo aquellas tareas que no estamos llamados a hacer o que incluso pensamos que están muy por debajo de nuestro status político, social, económico, cultural, religioso.... El Señor se rebaja a la condición de siervo y lleva a cabo la tarea reservada al más ínfimo de los sirvientes. En el judaismo antiguo los rangos sociales y religiosos eran muy importantes y una persona estaba dispuesta a renunciar a muchas cosas excepto a su condición social y los privilegios que de ella emanaran. Jesús, el Señor, nos da ejemplo de que la auténtica grandeza consiste en el servicio a los demás, no importa lo poco importante o poco acorde con lo que creemos o pensamos de nosotros mismos y la importancia que nos otorgamos. Pero al leer las palabras de Jesús he pensado en Él como ejemplo, no sólo en el servicio humilde, sino en tantas otras cosas: ...

JESÚS LAVA LOS PIES DE SUS DISCÍPULOS 2

El que se ha bañado y está completamente limpio, sólo necesita lavarse los pies. Jesús, como sus discípulos, habían participado de un baño ritual antes de acercarse a la mesa para participar de la cena de la noche de la Pascua. Tanto los caminos como las calles de la antigua Palestina era muy polvorosos y era normal que los invitados a una cena, aunque se hubieran bañado previamente, llegaran con su calzado y sus pies sucios debido al polvo y, en ocasiones, barro del camino. El anfitrión ofrecía a sus invitados la posibilidad de lavarse los pies para quitarse la suciedad y poder participar cómodamente de la comida. Este acto era llevado a cabo por el más bajo de los sirvientes, el de menor categoría, ya que se consideraba de carácter servil. Me hacía pensar que Jesús, por medio de su sangre, nos ha limpiado de todo pecado de una vez y para siempre. Sin embargo, el camino, la vida cotidiana, mancha nuestros pies. No somos perfectos, aunque estemos en el proceso de parecernos a Jesús. El...

JESÚS LAVA LOS PIES DE SUS DISCÍPULOS 1

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JUAN 13:1-16 Se acerca el día de la Pascua judía y Jesús se reune para celebrarla con sus discípulos. En este contexto de intimidad les lava los pies en un acto de humildad cargado de simbolismos. Parece mentira que en un pasaje tan corto puedan haber tantos principios que enriquecen a cualquier seguidor de Jesús. Lo que yo estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas. Pedro no quiere permitir que Jesús le lave los pies, algo que estaba reservado para los sirvientes más humildes y de baja categoria. Jesús le responde con estas palabras. Me ha hecho pensar en tantas y tantas ocasiones y situaciones de la vida en que no puedo entender lo que Jesús hace con mi vida. Jesús enseña que el tiempo nos da perspectiva y que hay cosas que, simplemente, no se pueden entender en el momento y necesitamos esperar para que, pasado el oportuno tiempo, podamos entenderlas y comprender todo su significado. Mientras ganamos la necesaria perspectiva sólo nos queda con...

MÁS LUZ

JUAN 12:27-36 Mientras tenéis esta luz, caminad para que no os sorprendan las tinieblas. Porque el que camina en la oscuridad no sabe a dónde se dirige. Mientras tenéis la luz, creed en ella, solamente así la luz orientará vuestra vida. Jesús se identifica a sí mismo como la luz a lo largo de todo el evangelio de Juan. Es evidente el valor benéfico de la luz, permite el proceso de la vida, orienta, nos permite ubicarnos con corrección y seguridad y también orientarnos en la dirección precisa. La luz da una sensación de seguridad y pone de manifiesto lo que hay y, por extensión, lo que no hay. La luz elimina el miedo, la incerteza y nos evita muchos problemas y nos puede librar de muchos peligros. Es fácil pensar en situaciones en las que me he visto desprovisto de la luz y los sentimientos asociados con estas situaciones. Si Jesús es la luz, vivir sin Él es vivir en la oscuridad y según sus propias palabras quien vive en la oscuridad no sabe a dónde se dirige y no tiene orientación par...

PARADOJAS

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JUAN 12:23-26 Os aseguro que si un grano de trigo no cae en tierra y muere, seguirá siendo un único grano. Pero, si muere, producirá fruto abundante. Quien vive preocupado solamente por su vida, terminará por perderla; en cambio, quien no se apegue a ella en este mundo, la conservará para la vida eterna. Esta es una de las muchas paradojas que aparecen en los evangelios. Dar para recibir, perder para ganar, morir para vivir, servir para ser grande, etc., etc. Una vez más los valores del evangelio son, no solamente opuestos, sino claramente contrarios a los valores del mundo en que vivimos. Del mismo modo que un grano de trigo que no muere no puede producir cosecha, así mismo una vida no entregada no puede producir ningún tipo de impacto, trascendencia ni actuar como agente de restauración en este mundo tan roto. Puedo vivir centrado en mí mismo, mis necesidades, mi pequeño microcosmos siendo totalmente indiferente a un mundo en necesidad. Puedo tratar de proteger mi vida del dolor físi...

QUISIÉRAMOS VER A JESÚS

JUAN 12:1-22 Es la fiesta de la Pascua judía y miles de personas fluyen hacia Jerusalén. Entre los mismos se encuentran unos griegos que contactan con Felipe y le dicen simple y llanamiente , quisiéramos ver a Jesús. Un simple versículo que provoca mi reflexión, ¿Cuánta gente hay a mi alrededor que necesitan ver a Jesús? ¿Cuánta gente hay en mi entorno que quiere ver a Jesús? ¿En qué medida las personas que hay alrededor mío se sienten atraídos hacia el conocimiento de Jesús como consecuencia de mi estilo de vida? ¿Es visible Jesús en mi vida? ¿Despierta mi vida un deseo de buscar y seguir a Jesús? ¿Apunta mi vida hacia el Maestro? Aquellos griegos buscaban al hijo de Dios y supieron a quién contactar, entendieron quién podría dirigirles hacia Él. Deseo que con las personas que hay junto a mí pase lo mismo, se sientan atraídas por Jesús y me permitan orientarlos hacia Él. Un principio Permite que tu vida oriente a otros hacia Jesús.