ANIMAR DE PARTE DE DIOS

 


Jonatán, el hijo de Saúl, se puso en camino hacia Jorés para ver a David. Allí lo reanimó en nombre de Dios. (1 Samuel 23:16)

David estaba en todas las dimensiones sobrepasado. Varias decenas de personas habían muerto por haberle ayudado cuando huía de Saúl. Este continuaba persiguiéndolo para matarlo. Los habitantes de una ciudad cercana a la que había salvado de los filisteos no dudaban, en un acto de flagrante ingratitud, entregarlo al rey para congraciarse con él. La Biblia nos describe su estado de ánimo como totalmente atemorizado.

Entonces aparece Jonatan, a la sazón hijo del rey, consciente de la necesidad y estado de ánimo en que se debe encontrar su amigo. Jonatán corre el riesgo de aventurarse para encontrarse con él y, lo más importante, lo ministra de parte del Señor, le reanima; es decir, le reconforta, le da nuevo vigor, le restablece las fuerzas.

¿Qué podemos aprender de Jonatán? Desarrollar la sensibilidad hacia aquellos que están a nuestro alrededor y sufren. Para eso, hemos de dejar de estar centrados en nosotros mismos y nuestras necesidades. Segundo, entender que el Señor, con mucha frecuencia, usa personas para ministrar, bendecir y reanimar a otros. Eso está al alcance de cualquiera de nosotros y necesitados de ánimos no faltan.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

CONCIENCIA CORROMPIDA

1 CORINTIOS/ TOMA DE DECISIONES / 1 CORINTIOS 6:12