SER DISCÍPULO EN EL SIGLO XXI. LA GRAN HISTORIA DE DIOS: REBELIÓN
Dios, el Señor, tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y le dio esta orden:— Puedes comer del fruto de todos los árboles que hay en el jardín,17 excepto del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque el día en que comas de él, tendrás que morir. (Génesis 2:15-16)
El ser humano fue creado para tener una relación que fuera significativo con su creador. Ahora bien, para que una relación sea de este tipo tiene, necesariamente, que ser libre y opcional, debe de ser deseada por ambas partes. En otras palabras, ha de tratarse de una relación en que cualquier de ellas pueda tener la capacidad de decir ¡NO! a dicha relación, en caso contrario, no es posible que haya significado en la misma.
Un ejemplo puede ayudar a entenderlo. Un hombre, usando la fuerza física, puede poseer el cuerpo de una mujer y forzarla a tener relaciones sexuales con él. Lo puede hacer y, además, de forma continuada. Sin embargo, nunca podrá poseer su corazón porque este ha de ser entregado de forma voluntaria y personal. El violador podrá tener una relación física, pero nunca una significativa que ha de ser libre, voluntaria, deseada. Para concluir con este punto, Dios crea al ser humano con la posibilidad de decirle ¡NO!, de rechazar esa relación significativa que el Señor buscaba.
El segundo aspecto importante en este pasaje es que se nos habla del árbol de la vida y del conocimiento del bien y del mal. Respecto a este último un grupo de comentaristas bíblicos indica, el verbo "conocer" tiene en el Antiguo Testamento una gran riqueza de significado: además de referirse al conocimiento propiamente intelectual y al experimental (incluidas las relaciones sexuales), puede también implicar las ideas de elección, discernimiento e incluso de dominio. Por tanto, conocer el bien y el mal equivale a elegir por cuenta propia y con absoluta independencia qué es lo bueno y qué es lo malo, es decir, a tener plena autonomía en el campo moral.
¿Si comes morirás es un castigo por desobedecer o una advertencia para no morir?
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