ECLESIASTES: TIEMPO



Todas las cosas bajo el sol tienen un tiempo y un momento. (Eclesiastés 3:1)

Los antiguos griegos cuando se referían al tiempo tenían dos conceptos diferentes: kronos y kayros. El primero se refería al tiempo secuencial, el paso de las horas, los días, las semanas y los años. Kayros se refería a ese tiempo que se da cuando se ha de dar; cuando es el momento; cuando las circunstancias se han alineado para que el kayros se de. Todos nosotros hemos experimentado en alguna ocasión que era el tiempo para hacer algo o para dejar de hacerlo; para comenzar una relación o terminarla; para acometer un proyecto o no hacerlo. Tal vez no sabríamos explicarlo con demasiada claridad pero intuíamos que el kayros había llegado. 

Nosotros nos movemos en la dimensión del kronos e intentamos controlarlo. Es por eso que usamos relojes, calendarios y agendas. Es la razón por la que planificamos e intentamos manejar el tiempo. Sin embargo, Dios se mueve en la dimensión del kayros. Él hace que las cosas pasen cuando en su economía divina han de pasar. Al movernos en dos dimensiones distintas el escenario está servido para el conflicto. Nosotros tratamos de controlar el kayros de la misma manera que lo hacemos con el kronos, pero eso es imposible. Todo, como afirma el autor de Eclesiastés, tiene su kayros.

El reto para nosotros es entender la dimensión divina del tiempo y, consecuentemente, aprender a descansar y confiar en aquel que tiene el control del kayros y darnos cuenta que por mucho que estemos ansiosos no podremos acelerar el kayros, sólo esperarlo con paz.


¿Cómo te manejas en las dos dimensiones del tiempo?

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