JESÚS, LUGARES INSOSPECHADOS
Entonces entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y, cayendo de rodillas, le adoraron. (Mateo 2:11)
Los magos, a pesar de lo que la iconografía popular muestra, no llegaron a tiempo al establo. El pasaje nos dice con claridad que estaban ya en un casa. No importa, es tan sólo un detalle. Lo que realmente cuenta es dónde encontraron a Jesús y dónde no pudieron hallarlo.
Los sabios procedentes de Oriente actuaron con buen criterio y mucho sentido común. Estamos buscando a un rey que ha nacido ¿Cuál es el lugar adecuado para hacerlo? Sin duda Jerusalén, la capital, pues allí se encuentra el palacio real y también el templo donde los judíos adoran a su Dios. Pero Jesús no se encuentra en la ciudad y los representantes del poder político y religioso de la época no tienen ni siquiera idea de que hubiera nacido el Mesías. Eso si, como eran buenos conocedores de las Escrituras, pudieron determinar el lugar, Belén de Judea. Y para ese lugar se encaminaron los sabios y allí pudieron encontrar al rey que había nacido y le adoraron. El pasaje afirma que Jesús se encontraba en una casa. No sabemos cómo era. Sé que es pura especulación pero teniendo en cuenta las condiciones de su nacimiento no sería de extrañar que se tratara de una humilde morada, un lugar donde alguien les dio acogida o les alquilo un pequeño espacio. Nada de eso detuvo ni sorprendió a los viajeros de Oriente. Habían iniciado un viaje para encontrar al rey y no iban a detenerse porque al encontrarlo éste no encajara con sus expectativas o con aquello que la lógica dictaba.
Leer el pasaje me ha hecho pensar acerca de dónde podemos encontrar a Jesús hoy en día. Mi país está lleno de templos tanto católicos como protestantes, sin embargo ¿Es posible encontrar a Jesús en ellos? Sin duda, puede ser posible, pero hay dos cosas que es peligroso olvidar: la primera, Jesús no habita en ellos Nuestros lugares de culto son simples espacios que nos facilitan el encuentro comunitario, pero Dios no habita en ellos. La segunda, en caso de que habitara allí, las personas no lo buscan en las iglesias. Nuestra gente, en el caso de que lo busquen, lo hacen en su interior, en otras creencias, en otras formas de ver el mundo. Hace ya mucho tiempo que se han dado cuenta que no está donde la lógica indica que pudiera estar.
Para mí la enseñanza de este pasaje es que a Dios hay que buscarlo en lugares insospechados y no necesariamente donde el sentido común nos diría que se encuentra. Dios nació al margen del poder político, económico y religioso de su tiempo. Del mismo modo, hoy en día, no lo vamos a encontrar en esos ámbitos. Ni está ni se le espera. Durante su ministerio a Jesús se le encontraba siempre entre la gente; allí donde había necesidades, allí estaba. Su ministerio era encarnacional, como uno de nosotros en medio de nosotros. Jesús quiere reproducir ese mismo modelo hoy en día. Jesús vive en ti y en mí y, de ese modo, vive en medio de la sociedad. La gente no tiene que ir a la iglesia a encontrar a Dios porque Él sale al paso de cada persona por medio de sus hijos en los cuales habita. La gran pregunta es si en nosotros es posible reconocer y encontrar al Señor, si nuestro estilo de vida lo hace presente en esos lugares insospechados.
¿Hasta que punto es reconocible Jesús en tu vida?
Espero que si sea reconocible. La verdad es que cuesta mucho mantener la llama entre tantas luces y llamaradas y fuegos artificiales. Pero cada día me doy cuenta de lo desubicados que estamos los cristianos. Si esperamos que nuestras "fiestas solemnes", nuestras tradiciones y ritos, nuestras reuniones.....todas ello en "templos" bien equipados, bien refrigerados, bien cómodos y espaciosos, sean la representación de la presencia de Jesús en nuestra vidas, puede que creamos nosotros que es lo correcto, pero lo que demuestran en nuestra presencia "mesiánica" en medio de la gente resulta en lo contrario de lo que pretendemos, en vez de atraer nos ven y huyen, en vez de incluir, excluimos, en vez de reparar y sanar, producimos dolor y frustración. Tenemos el mejor mensaje de Salvación y Restauración, realmente el "único", pero lo envolvemos en papel, unas veces demasiado bonito y colorido y otras veces áspero y descolorido.
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