LOS RESULTADOS DE SER DECLARADOS JUSTOS IV
Así que, lo mismo que el pecado implantó el reinado de la muerte, ahora será la gracia la que reine, restableciéndonos en la amistad divina y conduciéndonos a la vida eterna por medio de Jesucristo, Señor nuestro. (Romanos 5:21)
El contexto de este pasaje, vale la pena recordarlo, son los resultados de ser declarados justos. Me ha llamado profundamente la atención las palabras del apóstol: "será la gracia la que reine" porque no es precisamente lo que caracteriza la actitud de la iglesia hacia un mundo caído; tampoco hacia otros miembros de la comunidad de seguidores de Jesús. La religión de la gracia se ha convertido en la religión del juicio y de la condena. El legalismo rige muchas de nuestras relaciones interpersonales ¿Cómo hemos podido llegar hasta este extremo?
El Señor Jesús afirmó en una ocasión: "que la gracia que habíamos recibido es la que debíamos dar a otros". Eso me hace pensar que la falta de gracia entre los seguidores del Maestro denota la realidad de que aunque hayamos experimentado su gracia salvífica, no estamos experimentando su gracia en el día a día en la cotidianidad. La gracia trae consigo una clara percepción de la realidad propia unida al gran descanso que produce el saberse amado y aceptado a pesar de esa realidad, que no se niega sino que se acepta. Eso conlleva la no necesidad de buscar el pecado del otro para compararme con él y, consecuentemente, sentirme mejor porque soy superior o no tan malo. Entiendo que aquel que vive bajo el reinado de la gracia expande gracia a su alrededor, en su entorno, sus relaciones, su vida.
¿Cuán evidente es en ti el reinado de la gracia?
Es lo que me sostiene cada día y me hace caminar callado de Jesús a pesar de las personas que dicen ser sus seguidores.
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