EL SERMÓN DEL MONTE 39/ NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN7 MATEO 6



No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno. (Mateo 6:13)


En la Biblia la palabra tentación puede tener dos vertientes diferentes. La primera, tiene que ver con el hecho de ser seducidos por el pecado y, consecuentemente, desobedecer a Dios y su autoridad. La segunda, hace más bien referencia a probar la fortaleza, el carácter, la fidelidad y el servicio de una persona; en este sentido la petición de Jesús bien podría leerse de la siguiente manera: "en el momento de la prueba, no nos dejes caer". ¿Cuál es el origen de nuestras pruebas? Son variadas. 

En primer lugar, las circunstancias de la vida. Vivimos en un mundo caído, afectado por el pecado y, consecuentemente, tenemos que vivir muchas experiencias y situaciones que pueden poner a prueba, incluso llevar al límite nuestras convicciones, valores, prioridades y carácter. Por ejemplo, cómo hacer negocios honrando a Dios en un contexto de corrupción económica y política.

En segundo lugar, los demás. No vivimos aislados, formamos parte de ecosistemas humanos y éstos inciden sobre nosotros; los otros, desde los más cercanos a los más lejanos viven y actúan y, en ocasiones, nosotros tenemos que experimentar las consecuencias de sus decisiones, sus acciones o sus omisiones que, como ya he indicado, ponen a prueba nuestro seguimiento de Jesús.

En tercer lugar, las consecuencias de nuestras acciones u omisiones. Hay un principio bíblico muy claro que afirma que todo aquello que sembramos segamos. La ley de la siembra y la cosecha es inalterable y no es extraño que las consecuencias signifiquen una auténtica prueba para nuestras vidas.

En cuarto lugar, el deseo de vivir una vida que honre a Dios. El apóstol Pablo ya afirmó que todo aquel que quiera vivir de este modo tendrá que sufrir persecución. Podemos vernos sometidos a tensiones y pruebas y experimentar dolor y sufrimiento. Algo que podríamos evitar simplemente evitando honrar al Señor con nuestra forma de vivir. 

Finalmente, el Señor puede ponernos a prueba. Abraham y Jesús fueron sometidos a pruebas. Soy consciente de que este es un tema delicado pero, en ambos casos, la prueba sirvió para que tanto el patriarca como el Maestro pudieran ser conscientes de la intensidad de su compromiso con el Padre. Las pruebas que Dios genere o pueda permitir no tiene como finalidad hundirnos ¡En absoluto! No son trampas que coloca para fastidiarnos; antes al contrario, son oportunidades que nos permiten desarrollar el carácter de su Hijo en nuestras vidas. 

Es, precisamente, en este último punto donde quisiera incidir, en el valor positivo de la prueba. La calidad de algo o alguien se pone de manifiesto no en los buenos momentos, sino en los de prueba, tensión, en situaciones límite. Mi esposa Sara y yo tenemos un dicho que afirma: "la realidad siempre es nuestra mejor amiga". Y así lo creemos. Las circunstancias de la vida, las pruebas, simplemente sacan a la luz nuestra realidad, nos la dan a conocer y, consecuentemente, nos permiten hacer algo al respecto. Se nos presenta la oportunidad para introducir cambios en nuestras vidas, dejar hábitos, comenzar otros nuevos, cambiar valores y prioridades, dejar de lado relaciones tóxicas y un largo etcétera que sería difícil de desgranar. En este sentido las pruebas, muchas de las cuales nosotros no hemos pedido ni querido, siempre pueden ser bienvenidas y vistas como oportunidades para que Jesús sea formado más y más en nosotros. 


¿Qué pruebas estás experimentando? ¿Qué aspectos de tu realidad están poniendo de manifiesto? ¿Qué puedes y debes hacer con esa realidad? ¿Qué desea el Señor trabajar en tu vida por medio de esta realidad?

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