EL SERMÓN DEL MONTE 35/ VENGA TU REINO, HÁGASE TU VOLUNTAD/ MATEO 6
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra lo mismo que se hace en el cielo (Mateo 6:10)
Cuando vamos a los evangelios vemos que no fue la iglesia sino el Reino el centro del mensaje de Jesús. El discurso inaugural de su ministerio fue la afirmación que el Reino se había acercado y, consecuentemente, debíamos de cambiar de actitud. En Lucas 4:43 afirmó que el propósito de su venida era dar a conocer la buena noticia del Reino de Dios. A lo largo de su ministerio Jesús enseñó de forma amplía acerca del mismo; en muchas ocasiones, aunque no exclusivamente, por medio de las parábolas. No es de extrañar, por tanto, que el Maestro nos enseñara a orar para que el Reino pueda ser una realidad en el mundo en que vivimos. Pero ¿Qué significa de forma específica esa petición?
Los comentaristas bíblicos afirman que la técnica hebrea del paralelismo a la hora de escribir puede ayudarnos a entender, aterrizar y hacer práctica la petición que nos enseñó Jesús. El paralelismo consiste en decir una cosa dos veces; la primera vez se afirma, la segunda se remarca, amplía o explica. Esta técnica aparece muy a menudo en los salmos. Si la aplicamos a esta petición nos ayuda a entenderla de forma clara y práctica. La primera vez se pide que el Reino venga; la segunda se explica lo que eso significa, que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra, en nuestro mundo, del mismo modo que se lleva a cabo en los cielos. Porque el Reino es la esfera donde la voluntad del Señor se cumple y se lleva a cabo; cualquier persona que en el pasado viviera bajo su voluntad vivía bajo el Reino; cualquier persona que vive haciendo su voluntad hoy en día vive en el Reino. Sin embargo, también es cierto que nuestro mundo dista de ser el mundo que Él creo, un mundo donde su voluntad sea implantada, por tanto, seguimos orando que su Reino venga.
Cuando miro a mi alrededor veo muchas cosas que en el cielo no se dan, que allí son inaceptables, intolerables: la pobreza, la corrupción económica y política, la violencia de género, la opresión, la violencia, el tráfico de seres humanos, la explotación de los emigrantes, el aborto, la persecución por motivos económicos, religiosos, étnicos, sexuales o de cualquier otro tipo, el abuso infantil y así, un etcétera tan largo como nuestra imaginación pueda pensar. Si todo eso en el cielo no es permisible, tampoco puede serlo en nuestra sociedad. Si en el Reino nada de eso se da, tampoco nosotros podemos aceptarlo en nuestro mundo; porque estoy convencido que cuando el Reino un día sea real, todo eso desaparecerá porque su voluntad será hecha.
¿Cómo puede ayudarte a orar de forma más específica el entender el significado de la expresión venga tu Reino? Como seguidores de Jesús ¿Cuál es nuestra responsabilidad con respecto a toda esa lista de cosas que son inaceptables en los cielos y que, consecuentemente, tampoco deberían serlo en la tierra?
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