NOÉ, GRATITUD/ GÉNESIS 8



Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura, y los ofreció en holocausto sobre el altar. (Génesis 8:20)


El problema de leer historia como las de Noé, tan conocidas y revisadas, es que uno puede perder los detalles significativos del personaje, lo que dejó de hacer y lo que hizo. Este pasaje narra la primera acción del patriarca justo después de salir del arca y pisar tierra firme, erigir un altar y ofrecer un holocausto al Señor. Los estudiosos del libro de Génesis ven un paralelismo con los sacrificios del tiempo mosaico y, consecuentemente, deducen que el ofrecido por Noé no es un sacrificio por el pecado, antes bien, se trata de una ofrenda de paz, una muestra no obligada de gratitud al Señor por haberle preservado la vida tanto a él como a su familia. Todo parece indicar que delante de la situación por la que había atravesado, al considerar las bendiciones y beneficios recibidos, lo más natural era expresarle gratitud al Señor por medio de un sacrificio.

Al mirarme en el espejo de Noé pensaba en dos cosas. La primera es mi capacidad de interpretar la mano de Dios en mi vida cotidiana e identificar sus bendiciones. La segunda es mi respuesta ante lo anterior. Me doy cuenta que si reconozco cómo Dios actúa puedo identificar el bien que trae a mi vida y, como consecuencia, desarrollar un corazón agradecido que es, sin duda, una fuente de felicidad. Contrariamente, mi incapacidad para ver las bendiciones del Señor me llevará a no poder desarrollar ese corazón lleno de gratitud que, lo más probable, se llene de otras cosas tales como la insatisfacción y la amargura que, para nada, contribuyen a la felicidad. 


¿Cómo está tu capacidad para reconocer los beneficios de Dios en tu vida?

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO