ADAN/ CARACTER SOCIAL/ GÉNESIS 2
Luego, Dios el Señor, se dijo: No es conveniente que el hombre esté solo; voy, pues, a hacerle una ayuda adecuada. (Génesis 2:18)
La imagen de Dios queda reflejada en nuestra necesidad de trabajar y tomar decisiones morales afrontando sus consecuencias. Pero al leer este y los siguientes versículos del pasaje también me doy cuenta del carácter social del ser humano que es un reflejo, nuevamente, de la imagen de Dios. No sé muy bien cómo expresarlo pero veo que mi Dios en un ser social. Como seguidor de Jesús creo en la trinidad, una comunidad donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viven en amor y comunión. Un Señor que se manifiesta en tres personas relacionadas por un completo y total amor. Me doy cuenta que todo intento de explicar la trinidad es vano en sí mismo y, sin embargo, necesario.
Por eso después de haber creado a Adán el Señor fue consciente de la necesidad de que viviera en comunidad y las limitaciones que le imponía la soledad. Deduzco de esta lectura que no estamos hechos para estar solos y que nos necesitamos mutuamente los unos a los otros. Pienso que hay necesidades que Dios ha decidido que no las satisfará por medio de una relación personal con Él sino por el contacto y relación con otras personas. Ya Aristóteles definía al hombre como un animal social.
Al pensar en la dimensión social como reflejo de la imagen de Dios reflexiono también en el aspecto comunitario de la fe cristiana. Frente a la tendencia creciente a vivir la fe como un asunto personal e individual pienso que va totalmente en contra de esta perspectiva social y del hecho que somos salvados para formar parte de un cuerpo, un pueblo, una familia, todas ellas imágenes sociales y colectivas. En fin, creo que no debo ni puedo olvidar esta dimensión social de la fe porque hay necesidades que el Señor únicamente satisfará por medio de otros seguidores de Jesús y necesidades de ellos que las quiere satisfacer a través mío.
¿Qué implicaciones tiene para ti la dimensión social de la imagen de Dios?
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