2 CORINTIOS/ SOBRE EL DAR, EPISODIO 4/ 2 CORINTIOS 8

Ya conocéis cuál fue la generosidad de nuestro Señor Jesucristo: siendo como era rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. (2 Corintios 8:9)

El cuarto principio enseñado por Pablo es: JESÚS NUESTRO EJEMPLO DE DAR. El hecho de que nosotros hoy podamos tener un relación personal con Dios y hayamos sido aceptados de nuevo en su familia se debe, única y exclusivamente, a que Jesús se entregó, se dio a sí mismo por nosotros.

Considerar la entrega del Maestro es para nosotros una fuente de inspiración y motivación para dar. En su darse a sí mismo podemos identificar algunas de las características que somos invitados a imitar. Jesús tomó la iniciativa. Nadie me quita la vida, afirmó en el evangelio de Juan, sino que yo la entrego de forma voluntaria. Jesús dio de forma incondicional. Se dio no porque nosotros fuéramos dignos de recibir, antes al contrario, lo hizo a pesar de nuestra indignidad manifiesta, notable. Nos dio desinteresadamente. Sin esperar nada a cambio. Se dio. Su entrega fue costosa, Jesús no nos dio de aquello que le sobraba, nos dio pagando un alto precio por ello. Finalmente, se dio con gozo. El escritor del libro de los Hebreos nos indica que fue, precisamente, por el gozo puesto delante de Él que tomó la cruz.

Consecuentemente, somos invitados a incorporar en nuestra vida tantas cualidades del dar como nos sean posibles porque, al fin y al cabo, cuando damos no hacemos sino imitar a nuestro Dios que, tal y como afirma Juan 3:16, tanto nos amó que dio.

Si el dar es una forma práctica de dar ¿Cuán intenso es tu amor?