1 CORINTIOS/ ¿PRESUMIR?/ 1 CORINTIOS 1:19-31
Así que, como dice la Escritura, si de algo hay que presumir que sea de lo que ha hecho el Señor. (1 Corintios 1:31)
Pablo indica en este pasaje de su carta que, no únicamente es absurdo cómo Dios nos ha salvado, por medio de la cruz de Jesús, sino que también lo es a quién ha escogido, ya que como afirma, entre nosotros no se encuentra lo que llamaríamos la flor y nata de la sociedad, antes al contrario, en sus propias palabras: "ha escogido lo sin importancia según el mundo, lo despreciable, lo que nada cuenta, para anular a los que piensan que son algo".
Consecuentemente hemos de afirmar que hemos sido salvados no debido a lo que somos, pues ni a los ojos de la sociedad ni a los de Dios había dignidad en nosotros para merecer semejante privilegio, sino más bien a pesar de todo lo que no somos -sin importancia social- y de todo lo que somos -moralmente miserables a los ojos del Señor-.
Si tenemos todo esto en cuenta llegamos a la conclusión de que no hay nada en nosotros que podamos usar para presumir o para despreciar o infravalorar a otros. Nuestro orgullo máximo, nuestro único motivo para sentirnos ufanos es el haber sido depositarios de la gracia de Jesús y eso, como bien sabemos, es totalmente inmerecido, no tiene ninguna relación con nuestros méritos o la falta absoluta de los mismos, es única y exclusivamente, un puro y mero regalo del Señor que, consecuentemente, deja de lado toda presunción y orgullo.
Cuando sintamos la tentación de despreciar a alguien por lo que es o por aquello que no es, recordemos quiénes somos y cómo hemos sido salvados. Desaparecer de nosotros esa inclinación a sentirnos superiores, mejores que otros.
¿Qué significaría en tu realidad presumir de lo que ha hecho el Señor?
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