AMOS/ COMPARACIÓN/ AMOS 7

¿Os creéis mejores que ellos? (Amós 7: 2)

Esta es la pregunta que el Dios le lanza a su pueblo. Dios no los considera mejores que las naciones de su entorno y su estilo de vida no difiere de las de aquellos.

Los seguidores de Jesús somos, en un sentido, similares a todas las personas que nos rodean en la sociedad en la que vivimos. Similares en tanto que moralmente no somos ni mejores ni superiores ni más dignos. Somos, al igual que ellos, seres caídos que la única razón por la cual podemos tener una relación personal con Jesús es debido a su sacrificio en la cruz por nosotros que ha hecho que nuestra culpa haya sido borrada. Es una cuestión de gracia, no de méritos, de a pesar de, y no, en ninguna manera, debido a. Esto, en mi opinión es algo que los cristianos nunca debemos olvidar porque de hacerlo caemos en muchos peligros, entre ellos el moralismo, la religiosidad, el legalismo y la falta de respeto hacia nuestro prójimo.

Los seguidores de Jesús debemos, en otro sentido, ser diferentes a los que nos rodean. Lo debemos ser porque el carácter de Jesús, Dios hecho ser humano, nuestro maestro y Señor y a quien seguimos, debe ser más y más evidente en nuestras vidas conforme van pasando los años y vamos conociendo y experimentando más de Él. Esa diferencia evidente con aquellos que nos rodean y no conocen al Maestro no debería ser para nosotros un motivo de orgullo, satisfacción o desprecio para los demás, antes al contrario ha de ser un recordatorio constante de la gracia de Dios en nosotros e inspirarnos comprensión y compasión hacia aquellos que todavía no han tenido el privilegio o la oportunidad de experimentarla.

¿Por qué la diferencia no debe ser un motivo de orgullo o desprecio del no creyente?