PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ GRACIA MALOGRADA/ 15:1-15
Pero la gracia divina ha hecho de mí esto que soy; una gracia que no se ha malogrado en cuanto a mí toca. Al contrario, me he afanado más que todos los otros; bueno, no yo, sino la gracia de Dios que actúa en mí. (1 CORINTIOS 15:10 BLPH)
Que la gracia es escandalosa no es ninguna novedad. Que a los ojos de otros puede incluso parecer injusto que alguien la reciba, tampoco. Por eso es precisamente gracia, porque desafía las leyes de la lógica e incluso de la justicia y resulta inconcebible que alguien la otorgue y que algunos la reciban. Creo que, como bien afirmaba C.S. Lewis, la gracia es lo que hace diferente al cristianismo del resto de las religiones.
La gracia no espera nada a cambio de lo contrario no sería gracia. Sin embargo, la gracia en algunas personas se malogra como bien dice el apóstol y en otras no. La gracia nos es concedida, en mi humilde opinión, con un doble propósito, poder ser el tipo de personas que Dios tuvo en mente y el pecado hizo inviable, personas similares a Jesús y colaborar con el Maestro como agentes de restauración en el establecimiento del Reino de Dios.
Hay personas en las que la gracia se malogra y ninguna de estas dos cosas se da, se lleva a cabo, se desarrolla. Personas que prefieren usar la gracia en beneficio propio, sin responder a la oportunidad que Jesús les brinda y, creo que está bien, pues de nuevo eso es la gracia, se te otorga todo lo que se te da, la salvación, la vuelta a la casa del Padre, la bienvenida a la familia de Dios, aunque nosotros no respondamos con cambio y transformación. Es, por decirlo de alguna manera, como si en la escuela o en la universidad por el mero hecho de estar ya te concedieran el aprobado y si lo deseas puedes aspirar a mejores calificaciones pero si no lo haces, no te van a suspender o reprobar pues ya tienes, por gracia, tu aprobado concedido.
Podemos optar, sin que peligre nuestra posición ante Dios, a una gracia que nos transforma o, por el contrario, a una que nos salva y nada más. Es nuestra decisión y nuestra opción.
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