PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS CRISTIANOS DE CORINTO/ GRACIA Y PAZ/ 1: 1-9
Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. (1 Corintios 1:3)
El deseo de Pablo para cada creyente es gracia y paz.
Gracia es la acción de Dios de tratarnos no conforme a lo que somos o merecemos, antes al contrario, a pesar de lo que somos y merecemos. Por medio de la gracia el Señor nos ama, acepta y acoge de forma incondicional, de nuevo, no debido a, sino a pesar de. Por medio de la gracia Dios no se asquea de nosotros y nos podemos presentar ante Él con nuestra realidad, tal y como somos, sin miedo a ser rechazados, juzgados o condenados.
El término paz se refiere al shalom hebreo. Significa mucho más que ausencia de conflicto, implica el deseo de que la persona pueda estar en paz consigo misma, con los demás, con Dios y con su entorno, tres dimensiones básicas, fundamentales para poder vivir una vida que valga la pena.
Todo seguidor de Jesús tiene el derecho a experimentar ambas cosas, la gracia y la paz. Forman parte de nuestra herencia. Son el resultado de nuestro seguimiento del Maestro. Son nuestro privilegio y nos permiten afrontar la vida con seguridad, estabilidad y gozo.
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