DEUTERONOMIO PARTE III/EL CÓDIGO DEUTERONÓMICO/CAPÍTULO 16
Dar en proporción a las bendiciones recibidas. Este es un principio que nos enseña la Escritura y no tanto porque el Señor necesite nada de nosotros, no olvidemos que de Él es la tierra y su plenitud, sino más bien porque yo lo necesito. En primer lugar, para desarrollar un corazón agradecido pues he de pensar y reflexionar acerca de todo aquello que el Señor en su bondad y su misericordia nos concede. Cosas que doy por sentado, cosas que por costumbre he dejado de apreciar y valorar.
En segundo lugar, para desarrollar un corazón generoso, pues de la misma manera en que yo he sido bendecido puedo hacerlo con otros y dar a otros el privilegio y la oportunidad de ver sus necesidades satisfechas por medio de mis ofrendas, y no habló únicamente, aunque lo incluyo, de las económicas, sino también de las emocionales, intelectuales, sociales, espirituales.
Dar es una pedagogía para el corazón, una necesidad que yo tengo, no que el Señor la tenga.
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