GÉNESIS PARTE II/EL CICLO DE ABRAHAM/CAPÍTULO 22


Después de estos hechos Dios puso a prueba a Abraham.

El Señor le pidió al patriarca que le ofreciera en sacrificio a su único hijo, aquel por el cual había estado esperando años y años. Este pasaje me ha hecho pensar y reflexionar acerca del carácter de las pruebas.

Las pruebas ponen de manifiesto la realidad de nuestro carácter, lo que hay sale a relucir. No creo que el Señor tuviera ninguna necesidad de obtener información acerca de los límites de la obediencia de Abraham, más bien era el patriarca el que precisaba saber hasta dónde llegaba la misma. Las pruebas, pues, son una increíble fuente de información acerca de nosotros y nuestra realidad.

Pero, pensando en mi propia realidad, y que es poco probable que el Señor me pida algo similar, ha venido a mi mente el tema de los apegos. El apego es la inclinación, el amor hacia algo. Son cosas que valoramos, que son muy importantes para nosotros y que, por alguna razón, pensamos que no podríamos vivir o nos costaría muchos desprendernos de las mismas.

Me pregunto si una versión moderna del sacrificio de Isaac sería la petición por parte del Señor de desprendernos, de entregar en su altar aquellas cosas o personas que a las que estamos apegadas. Me imagino que con ello el Padre nos mostraría nuestra propia realidad, nos pondría a prueba, sacaría a relucir cosas de las cuales somos dependientes y, sin las cuales, nos parece que la vida no sería igual.

Todos tenemos apegos. Cada uno los suyos. Tal vez es el momento de pensar si deberían ser sacrificados, no porque Dios lo necesite, más bien porque nosotros lo necesitamos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

LA OFERTA DEL MUNDO