EXAMINA TU CONCIENCIA

 



Examine, pues, cada uno su conciencia antes de comer el pan y beber de la copa. (1 Corintios 11:20)

Este versículo esta en el contexto de las instrucciones que Pablo da con respecto a la Cena del Señor. Nos indica que nunca deberíamos tomarla de forma mecánina, sin discernir qué estamos haciendo y sin tener la seguridad de que nuestro corazón está en condiciones delante del Señor para tomarla. Pero, ¿cómo se hace un examen de conciencia? Lo cierto es que en nuestras comunidades no le damos excesiva importancia y, consecuentemente, no lo enseñamos. Veamos cómo puede hacerse.

Durante más de 500 años la iglesia ha utilizado un sencillo método que si somos intencionales y vemos la importancia de examinar la conciencia, puede ser útil para nosotros. Allá va:

El examen se suele hacer en cinco pasos muy simples:

  1. Pedir luz
    Antes de empezar, pedimos a Dios que nos muestre nuestro día como Él lo ve: con verdad y con misericordia.

  2. Dar gracias
    Repasamos el día buscando motivos concretos para agradecer: una conversación, un gesto amable, una oportunidad, una luz interior.

  3. Revisar el día
    Miramos lo vivido con serenidad: ¿qué ha despertado vida? ¿qué la ha apagado? ¿dónde he actuado desde el amor y dónde desde el miedo o la indiferencia?

  4. Reconocer nuestras fragilidades
    Sin culpa ni dureza, reconocemos aquello que nos ha alejado de nuestra mejor versión: reacciones, omisiones, actitudes que queremos sanar y lo confesamos a la luz de 1 Juan 1:9

  5. Mirar hacia adelante
    Pedimos ayuda para vivir mañana con más claridad y amor. Trazamos una pequeña intención concreta para avanzar un paso más.

 Te animo a que nunca tomes la Cena del Señor, Pan y Vino, Comunión o como lo llames en tu tradición, sin antes examinar tu conciencia y encarecidamente te ruego lo hagas cada noche. Ya me dirás cómo te va.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

¿QUÉ ES LO QUE NO VEO?

LECCIONES DE LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: LA IDENTIDAD RECOBRADA