ENCUENTROS CON JESÚS: LA MADRE DE DOS DISCÍPULOS

 



Como muy bien sabéis, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen despóticamente. Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás; y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. De la misma manera que el Hijo del hombre, no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos. (Juan 18:18-30)

Como podemos ver en este pasaje el tráfico de influencia no es algo nuevo en la historia. Del mismo modo que se da en nuestros días se dio en los de Jesús. Una madre quiere lo mejor para sus hijos y si para eso hay que humillarse arrodillándose ante el Maestro se hace, !Todo por la familia! Sin embargo, el concepto de poder y autoridad que tenía Jesús era muy diferente. Su paradigma era un contraste con el del mundo.

Hay unas palabras dichas por Jesús que abren el camino para pensar en cómo podemos aplicar esta situación a nuestra propia experiencia personal: pero entre vosotros no debe ser así. El Maestro está presentando un contraste. Acepta que en el mundo ciertas cosas son habituales (que no normales, es importante que no confundamos lo habitual, aquello que se da con una determinada frecuencia, con lo normal, aquello que debería ser razonable y adecuado que se diera) y suceden, sin embargo, afirma que, en el reino, en la nueva creación que ha venido a establecer, eso no debería ser así. En el reino no es aceptable que estas cosas se repitan y se den porque otros valores lo gobiernan.

Jesús nos enseña que no solo en el área del liderazgo “entre nosotros no debe ser así”, sino tampoco en muchas otras áreas: las relaciones interpersonales, la sexualidad, el uso del tiempo y el dinero, el sentido del trabajo y los estudios... En nuestro día a día tendremos que vivir entre la influencia de dos paradig- mas: el paradigma social y el del reino.

Además de diferentes, como hemos visto ya con anterioridad, estos pueden ser también opuestos e irre- conciliables. Los valores del reino pueden representar un desafío para nuestro entendimiento de lo que parece aconsejable, razonable, lógico en un determinado momento, sin embargo, es lo que el Maestro nos invita a seguir como sus discípulos. Dicho de otra manera, a vivir contracorriente.

¿Bajo qué paradigma actúas?




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