SALMO 61/ DÍA A DÍA



"Y cumpliré mis promesas día tras día" (Salmo 61:9)


No es la primera vez que me encuentro con el hecho contundente que la Palabra de Dios establece el día como la unidad básica que el ser humano puede manejar. Diría que ese periodo de tiempo está concebido a la medida del hombre y su realidad. La Escritura nos indica con claridad que basta a cada día sus propios males de cabeza; Jesús nos enseñó a orar por el pan cotidiano, el de cada día; y hace tan sólo un par de salmos recordaba que las misericordias y la fidelidad del Señor son nuevas cada mañana. ¿Por qué pues me cuesta tanto afrontar el día de hoy y no vivir cargado por con el pasado o afanado por el futuro? Asumo que forma parte de la realidad de ser una ser roto a consecuencia del pecado que, en buena medida, me lleva a vivir bajo dos tensiones, el pasado y el futuro, incapacitándome para estar en el presente y experimentar a Dios en el mismo. 

Lo cierto es que en estos momentos de mi vida ni puedo, ni quiero pensar más allá del día de hoy. Ser fiel al Señor este día, caminar con Él la jornada presente y, como dice el salmista, asegurarme que el día de hoy cumplo las promesas y los votos hechos a Dios. Mañana, como el propio Jesús dice, ya traerá sus propios desafíos.


¿Qué te pide el día de hoy en relación con tu Señor?

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