EL SERMÓN DEL MONTE 37/ DANOS HOY EL PAN QUE NECESITAMOS/ MATEO 6
Danos hoy el pan que necesitamos. (Mateo 6:11)
Con esta comienza el segundo grupo de peticiones, aquellas que están centradas en nuestras necesidades. El pan, en aquella cultura y también en la occidental en general, era el alimento básico; sería el equivalente al arroz en oriente o el maíz en muchas zonas de América. De entrada hay dos cosas que merece la pena remarcar. La primera es el interés de Dios en la persona total y no únicamente en su alma. Para el Señor, no únicamente nuestras necesidades espirituales son importantes, también lo son, y mucho, las materiales. De esto se deduce que es legítimo presentarle nuestras necesidades, que tenemos el privilegio y la oportunidad de hacerlo, porque como ya vimos, Él sabe, está al tanto y no se desentiende.
La segunda es que al orar de esta manera afirmamos y creemos que el Padre es el proveedor último para nuestras necesidades. Articulando de este modo nuestra oración -pidiendo que provea nuestro sustento básico- no estamos negado el valor y la necesidad del trabajo. Antes al contrario, estamos viendo más allá del mismo y reconociendo que nuestro proveedor final es Dios, quien lleva a cabo su provisión por medio de nuestro trabajo o la solidaridad de otros. Ser conscientes de esta realidad nos previene contra el orgullo y la autosuficiencia y nos coloca en la perspectiva correcta con respecto al Señor.
Danos hoy. El ser humano tiene la capacidad de proyectarse hacia el pasado y hacia el futuro; esto constituye al mismo tiempo una bendición y una maldición. Puede llegar a ser una maldición porque podemos vivir esclavos de nuestro pasado o, por el contrario, ansiosos, temerosos y angustiados por nuestro futuro y qué pasará con nuestras necesidades materiales y cómo las vamos a suplir. Nuestra mente puede generar todo tipo de escenarios catastróficos y sumirnos en estados de gran ansiedad y angustia. La Palabra del Señor nos propone el día como unidad de trabajo; lo hace, muy posiblemente, porque esta es la cantidad de tiempo que mejor podemos manejar. ¡Cada día tiene bastante con sus propios problemas! afirma Jesús en este mismo Sermón del Monte. Creo que la gran enseñanza es desarrollar la capacidad de confiar en Dios día a día para nuestras necesidades; afrontemos las de hoy; esperemos que mañana Él renovará su gracia, misericordia y provisión para nosotros. Esto es lo que yo llamo la filosofía del maná. El pueblo tenía que salir cada mañana a recoger la porción necesaria para ese día; no era posible guardar ni acumular. Esto generaba en el pueblo la necesidad de confiar en el Señor día tras día y, al mismo tiempo, iba construyendo un registro histórico de su intervención, bondad, provisión, misericordia y fidelidad.
¿Cómo manejas en tu vida el día como unidad de trabajo? ¿De qué modo puede ayudarte en tu día a día la afirmación de Jesús : ¡Cada día tiene bastante con sus propios problemas! ¿En qué situaciones actuales puedes aplicar este principio?
Sus reflexiones son siempre de mucha ayuda para mi vida. Saludos desde Honduras.
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