MOISÉS/ ASUNTOS PENDIENTES/ ÉXODO 4
Y sucedió que, mientras iban camino de Egipto, el Señor atacó a Moisés en una posada con intención de matarlo. Entonces Séfora cogió un pedernal afilado, cortó el prepucio a su hijo y, tocando con el prepucio los genitales de Moisés, exclamó: — Eres mi esposo de sangre. El Señor se alejó de Moisés cuando ella lo llamó “esposo de sangre” por lo de la circuncisión. (Éxodo 4:24-26)
¡Qué extraño pasaje! ¿Cómo es posible que Dios desee matar a aquel a quien acaba de escoger y, tras tanta negociación está dispuesto a acceder a ir? Mi buen amigo Itiel Arroyo explica muy bien esta situación. Moisés tenía un tema pendiente con Dios, la circuncisión de su hijo. A pesar de ser israelita y Gerson ser su primogénito Moisés no había procedido a circuncidarlo y, consecuentemente, había violado el mandato del Señor. Itiel indica que, en ocasiones, tenemos temas pendientes con Dios; temas que consideramos que son de nuestra incumbencia; que a pesar de ser conscientes que tendríamos que hacer algo al respecto no lo hacemos y, sin darnos cuenta, nos volvemos vulnerables y nos colocamos en situaciones precarias con el Señor y más propensos a la tentación y el pecado. Además, como comenta mi amigo, esos asuntos que consideramos personales y privados pueden, como en el caso de Moisés tener repercusiones y afectar a terceros puesto que todos nosotros vivimos en un ecosistema emocional, social, físico y espiritual.
Al vernos en el espejo de Moisés en esta situación específica nos damos cuenta de lo preciso que es carecer de asuntos pendientes con Dios. No permitir que temas que Él me pide que afronte y solucione se enquisten, se vuelvan crónicos. Cuando esto sucede existe un alto riesgo de que esos asuntos pendientes me dañen, incluso me destruyan; o hagan precisa una intervención traumática del Señor en mi vidas. Finalmente, no podemos olvidar que "nuestros asuntos" pueden tener y tienen influencia sobre otros; consecuentemente es una razón más para tener nuestros temas siempre al día y siempre responder al requerimiento del Señor.
¿Qué asuntos pendientes hay en tu vida? ¿Qué debes hacer al respecto?
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