SARAY/ A MI MANERA/ GÉNESIS 16



Saray, la mujer de Abrán, no le había dado hijos. Pero Saray tenía una esclava egipcia, llamada Agar. Y dijo Saray a Abrán: El Señor no me ha permitido tener hijos; acuéstate con mi esclava y quizás podamos tener familia gracias a ella. Abrán aceptó su propuesta. (Génesis 16:1-2)


Hay ideas que en su momento nos parecen muy buenas y oportunas y decidimos adoptarlas, especialmente cuando nos permiten afrontar una necesidad o una situación que de otro modo sería imposible. También sucede que en el momento de llevarlas a cabo carecemos de la suficiente perspectiva para anticipar las posibles consecuencias que la adopción de la misma nos traerá. Esto les pasó a Saray y Abrán que tenían la presión, el deseo y la necesidad de tener hijos, el tiempo iba pasando y la promesa del Señor no acababa de materializarse y, por tanto, optaron por poner en marcha un plan B, tener descendencia por medio de Agar, la esclava egipcia de Saray. 

Aparentemente la idea no parecía ser mala, sin embargo, pronto comenzaron las consecuencias no previstas; primero el desprecio de la fecunda hacia la estéril. Después el maltrato de la segunda hacia la primera que, finalmente, tuvo que huir para salvar su vida y la de su hijo. Aunque Génesis 16 nos indica que regresó al campamento, sabemos por el texto que posteriormente fue expulsada de forma definitiva, la enemistad entre ambas mujeres no hizo sino crecer. 

¿Qué me devuelve el espejo? El consejo de no apresurarme, de esperar el tiempo del Señor, de no aventurarme a generar planes B para conseguir las cosas, a medir las implicaciones antes de, debido a mi ansiedad o tensión, lanzarme a poner en práctica mis buenas ideas que pueden traer consecuencias no esperadas. El espejo me hace pensar en Saúl y cómo su impaciencia le llevó a tomar decisiones que no se alinearon con la voluntad de Dios y fueron fruto de las presiones del momento o de las personas y, consecuentemente, le trajeron resultados inesperados y dañinos para su vida. El espejo me desafía a hacer las cosas a la manera de Dios y no a mí manera, por sabia que esta pueda parecer.


¿Qué situaciones estás afrontando donde vives la tensión de hacer las cosas a tu manera versus hacerlas a Su manera?

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