ZACARÍAS/ NO CON VIOLENCIA SINO CON MI ESPÍRITU/ ZACARÍAS 4



No depende el éxito de la fuerza o de la violencia -dice el Señor del Universo- sino de mi Espíritu. (Zacarías 4:6)


El Reino de los cielos es de una naturaleza diferente al resto de los reino. Muchos de estos se basan o se han construido en base a la fuerza y a la violencia y, basta una rápida mirada a la historia, para ver que hasta los imperios más potentes, amplios y poderosos, más tarde o más temprano han sucumbido. Hitler afirmó que su Reich duraría mil años, todos sabemos que escasamente superó los quince años, aunque eso si, durante ellos causó innumerable dolor, muerte y sufrimiento.

Muchos han intentado perseguir o suprimir el Reino de Dios. Durante el siglo XX los regímenes comunistas prohibieron por ley la fe y se declararon estados ateos. En la mayoría del mundo el comunismo es hoy en día anécdota y los países que, al menos teóricamente, se declaran todavía comunistas tienen que contemplar el crecimiento constante del número de seguidores de Jesús. En China, por ejemplo, aunque es difícil tener estadísticas fiables se estima la existencia de entre 100 y 200 millones de cristianos.

El Reino de Dios lo construye su Espíritu y usando medios que no son ni la fuerza ni la violencia. Él sabe cómo hacerlo y, habitualmente, lo lleva a cabo por medio de hijos suyos que están dispuestos y disponibles a unirse a Él en su trabajo restaurador del mundo, en ayudar a que lo creado por Dios sea más cómo Él pensó y no como el pecado ha desarrollado y generado. El Espíritu del Señor siempre ha llevado a cabo sus planes y sus propósitos, la cuestión es saber si nos uniremos a ellos o, por el contrario, seremos un obstáculo a los mismos.


El Reino de Dios se construye aquí y ahora ¿Cómo puede el Espíritu del Señor usarte para ello?

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